Los hermanos Marc y Àlex Márquez empezarán esta mañana, en el circuito de Jerez, su andadura en el seno del mismo equipo, el campeonísimo Repsol Honda, poseedor de la Triple Corona (cetro de pilotos, constructores y escuderías), cosa que no ocurrió, hace cinco días, en la primera toma de contacto del joven campeón de Moto2 y flamante nuevo fichaje de la firma campeona, que realizó sus dos primeros días de test, en Cheste (Valencia), en el seno del equipo ‘satélite’ LCR.

Àlex Márquez tomó ya contacto ayer, en Jerez, con su nuevo ingeniero, Ramón Aurín, que lo había sido anteriormente de Dani Pedrosa y Jorge Lorenzo, entre otros campeones, y hoy aparecerá junto a su hermano Marc en el boxe Repsol Honda, que, como el resto de equipo de MotoGP, cerrarán la temporada con los dos últimos días de entrenamientos en el trazado andaluz donde, según palabras del propio Marc, “deberemos de confirmar, en un circuito más apropiado para estas motos, que lo que hemos probado en Cheste funciona”.

Yamaha ha mejorado muchísimo

Lo cierto es que los dos días posteriores al Gran Premio de Valencia fue una demostración del poderío de Yamaha, pues tato Fabio Quartararo como Maverick Viñales e, incluso, Franco Morbidelli, no así el veterano Valentino Rossi, estuvieron siempre al frente de la clasificación de tiempos. “Sabemos”, ha comentado el octocampeón de Cervera (Lérida), “que las Yamaha son velocísima a una vuelta y muy, muy, eficaces en las pistas donde hay mucha goma y agarre, que es como estaba Cheste. Veremos ahora en Jerez, aunque, sí, hace ya tiempo que dejamos de creer eso de que las Yamaha no va”.

Márquez reconoció que acabó muy satisfecho los ensayos de Cheste. “El motor nuevo tiene más potencia, empuja mejor y estamos muy contentos, sobre todo porque lo mejor es que significa que es un paso adelante. Normalmente, cuando probábamos un motor nuevo, siempre teníamos problemas. Ahora, ya con el primer prototipo 2020, estamos igual o algo mejor que con el motor que hemos utilizado este año y eso ya es un gran paso”. Pese a todo, Márquez reconoció que les queda mucho trabajo por hacer, tanto en la pista, en Jerez, como en invierno en la fábrica de Japón.

“No todo es motor, siendo muy importante. Debemos completar el trabajo que hemos iniciado en este final de temporada, una vez conquistado ya el título, con el chasis y acertar definitivamente con el que nos permita dar otro paso más adelante, sobre todo en mitad de la curva y a la salida de ella. En ese sentido, la frenada es vital y ahí seguimos teniendo problemas, del mismo modo que debemos mejorar la tracción a la salida de las curvas”, insistió el campeón, que, repito, se siente muy satisfecho del primer material 2020 que le ha dado a probar Honda.

Un invierno muy duro

“Es evidente”, insistió Márquez, “que la moto no va a cambiar su carácter, pero yo quiero una moto potente, poderosa, competitiva y rápida aunque sea difícil, física y crítica en determinados momentos. Lo prefiero porque ha quedado demostrado que con esa moto soy capaz de ganar o estar en el podio”. Márquez insistió en que todos, todos, van a mejorar en este invierno. “He trabajado en Cheste pensando solo en mi moto y en la carreras, es decir, en el domingo y simplemente he observado de reojo a los demás. No quiero obsesionarme con las demás motos o pilotos, pero no podemos parar de trabajar”.

Márquez considera “muy importantes, mucho” este lunes y martes en Jerez, pues serán los dos últimos entrenamientos del 2019 y, a partir de ahí, los ingenieros de Honda Racing Corporation (HRC), el departamento de carreras de la firma japonesa, deberán de trabajar duro todo el invierno con las indicaciones que les den sus pilotos una vez concluidos estas dos jornadas, en las que Àlex Márquez ya trabajará con su equipo del 2020.