La Vuelta Ciclista a España no quiso olvidarse este año de Córdoba, una tierra donde se prolifera amor puro por un deporte tan castigado en los últimos años por la sombra del doping y que intenta resarcirse por sus fueros. Ayer vivió uno de esos días que quedan para el recuerdo y no solamente por el hecho de tener un final en alto.

Ayer, la ronda española transcurrió por el sur de la provincia cordobesa. De este modo, miles de personas no quisieron perderse un evento que se deben mantener los ojos bien abiertos para no perderse ningún detalle. El punto de partida fue Écija, pero pronto cruzó el límite sevillano para adentrarse en la provincia cordobesa.

El primer punto de paso fue Puente Genil. Hacía veinte años que una ronda ciclista no pasaba por Puente Genil - la última vez fue como final de etapa en la Vuelta a Andalucía en 1997 - y el público respondió de forma masiva. Como si de una escena de la película Bienvenido Mister Marshall se tratase, los pontanenses salieron a la calle entusiasmados. Familias enteras, pandillas de amigos, niños ataviados con gorras rojas que mostraban la pasión y la emoción de ver a los Froome, Contador, Nibali, Aru, de la Cruz y compañía por las calles de su pueblo.

Los ciclistas entraron en la provincia de Córdoba por el municipio de la Campiña Sur atravesando una calle que les iba a llevar hasta el casco histórico. A su paso por el Puente de Miragenil el calor del público era equiparable al intermitente bochorno que arreciaba en la localidad del membrillo. Los aplausos, los gritos de ánimo, y la eterna simpatía alegraron la mañana de ayer a todo aquel que pasaba por el recorrido - desde los coches de la organización, pasando por el helicóptero y terminando con el paso de la furgoneta de las bombonas de butano-. Dejando atrás la calle Don Gonzalo, los ciclistas subieron la Cuesta del Molino muy agradecidos a la creciente expectación de aficionados, que sacaron sus smartphones para inmortalizar el momento y compartirlo en las redes sociales. Todos los curiosos acabaron satisfechos cuando pasadas las dos del mediodía enfilaron la carretera de La Rambla para entrar en la A-318 dirección a su siguiente destino: Lucena.

Los aficionados y amantes de la localidad lucentina también vibraron con el paso de los corredores por la calle Miguel Cuenca Valdivia, Ronda de San Francisco y la carretera de Cabra. Los egabrenses también se dejaron sus gargantas para alentar al pelotón. Por último, los habitantes de Priego de Córdoba y Almedinilla también capturaron estampas únicas para almacenarlas en la posteridad.