Bartomeu y Gil Marín ya han dado el paso oficialmente. Tanto Barça y Atlético de Madrid han comunicado que están obligados a presentar un erte (expediente de regulación temporal de empleo) para combatir los devastadores efectos económicos que provoca la crisis del coronavirus. El Real Madrid, en cambio, todavía no ha dado pistas, aunque ya empieza a estudiar, según informó el diario El País, que debe ejecutar recortes salariales a la plantilla.

No se sabe aún si la reducción será tan fuerte como la del Barça, cuya plantilla ha aceptado reducir el 70% de su nómina mientras esté decretado el Estado de Alarma, o irá en la línea del Bayern Múnich, que lo ha hecho en un 20% pero a lo largo de toda la temporada.

Florentino, de momento, se resiste a presentar un erte como el de Barça y Atlético, aunque el Madrid, al igual que esos grandes clubs españoles y europeos, ha dejado de ingresar desde el pasado 14 de marzo. Y queda, además, un 30% de los derechos de televisión que obviamente no se han percibido al estar la Liga aplazada sin fecha para que se reemprenda de nuevo.

CHARLA CON LA PLANTILLA

A Bartomeu, como ha reconocido él mismo, le ha costado 10 días cerrar el acuerdo con Messi, el capitán, quien se ha encargado de dejar bien definidas las grietas que hay con la junta. Tras hablar con Sergio Ramos, el capitán del Madrid, en los primeros días de la crisis del coronavirus, Florentino tiene que decidir el camino que escogerá.

Aunque, por ahora, considera mucho más factible un pacto para rebajar la masa salarial de la plantilla blanca, fijada entre jugadores y técnicos en 300 millones de euros. Afectaría a los equipos de fútbol y baloncesto. Un pacto antes que la obligación marcada por el Barça (erte con o sin acuerdo) o el camino más pacífico que pretende el Atlético, consensuado, en todo momento, con los jugadores.

CUATRO EXPEDIENTES

El Madrid mantiene silencio desde que estalló la pandemia, mientras hasta cuatro clubs de Primera División (Barça, Atlético, Espanyol y Alavés) han anunciado que presentan esos expedientes de regulación temporal de empleo. En el Camp Nou y en el Metropolitano esta medida afecta a todos los empleados, incluidos los no deportivos.

El Madrid tenía un presupuesto de 822 millones de euros para este ejercicio, una cifra récord, pero lejos de los 1.047 millones fijados por la junta de Bartomeu. Se había marcado Florentino un beneficio de 41 millones antes de impuestos. Números a los que ahora, con el fútbol detenido, no podrá llegar porque no recibe ingresos de ningún tipo. Y necesitará el club blanco, como los otros grandes, mitigar el impacto del virus.