Vinicius Jr. (Río de Janeiro, julio del 2000) y Rodrygo Goes (Osasco, enero del 2001) son dos cromos repetidos que Florentino Pérez ha pagado a precio de 'crack' para poderlos pegar un día en su álbum de fichajes galácticos. En un año, de mayo del 2017 a junio del 2018, el mandamás merengue ha hecho saltar la banca, invirtiendo 120 millones de euros en dos jóvenes que en Brasil aseguran que van para astros de dimensión global.

Nunca, hasta ahora, en un mercado prominentemente exportador de 'commodities' futbolísticas, se había visto tamaña inversión. Llevado por las ansias de encontrar al nuevo Neymar, su fichaje ansiado y hasta ahora prohibido, y con una voracidad crematística ilimitada, Florentino le ha arrebatado al Barça dos fichajes en los que el club azulgrana había tomado la delantera, masticando durante meses el entorno familiar y profesional de los aspirantes a crack de la mano de su ejecutivo en Brasil André Cury.

Un precedente de 60 millones

Con Vinicius Jr., el Madrid marcó un precedente. Pagó al Flamengo la cláusula de rescisión de 45 millones de euros (el Barça se había puesto el techo de 30 millones) por un extremo izquierdo veloz y técnico que ni había debutado en el fútbol profesional. El montante de la operación ascendió hasta los 60 millones por las comisiones a la empresa Traffic, que representa al futbolista.

Su fichaje fue una decepción para la secretaría técnica blaugrana, que dos días antes de concretarse su traspaso al Madrid estaba en Río con la familia del jugador. El próximo 12 de julio, 'Vini' cumple los 18 años. Con solo un año en el primer equipo del 'Fla', el Madrid lo ha llamado a filas. Muy probablemente será cedido para ganar experiencia, siguiendo la senda de Lucas Vázquez o Marcos Asensio.

Con Vinicius Jr. perdido, el Barça se fijó en un coetáneo, la nueva joya del Santos FC: Rodrygo Goes. Comparado con Neymar por su precocidad y su estilo fino y extremadamente técnico, el Barcelona se aproximó con éxito al futbolista, a su familia y su agente, el mismo que tenía Vitinho, que esta temporada pasó sin pena ni gloria por el Barça B cedido por el Palmeiras.

"Desacuerdos financieros"

Rodrygo es apellidado por la prensa y la 'torcida' santista como 'el Rayo', en una clara referencia a la estirpe que conforman Pelé, Robinho y Neymar. En Santos aseguran, con orgullo, que no solo es posible que un rayo caiga en el mismo lugar, sino que puede suceder de forma reincidente.

El interés del Barça era tal que, en mayo, el mánager deportivo, Pep Segura, y el CEO del club, Òscar Grau, se desplazaron a Brasil y se sentaron a negociar con el presidente del Santos, José Carlos Peres. Ofrecieron 20 millones de euros que irían íntegramente a las castigadas arcas del club paulista, ya que el futbolista renunciaba al 20% de sus derechos económicos. No hubo entente. El Santos instó al Barcelona a pagar lo que entiende como "desacuerdos financieros" por el traspaso Neymar, que dio lugar a una demanda arbitral que el club brasileño presentó a la FIFA en mayo de 2015 y acabará muy probablemente siendo dirimida en el TAS.

El Barcelona entendió que la postura del Santos era solo una estrategia negociadora. El presidente del Santos, designado como jefe de delegación de la selección brasileña durante la fase de preparación para el Mundial, se fue a Inglaterra con el equipo de Tite. Y allí, inesperadamente, entró en acción el Madrid. Hubo un encuentro en Liverpool, donde la 'Canarinha' jugaba un amistoso contra Croacia, y se cerró el acuerdo.

Estupefacción azulgrana

El Madrid aplicó, de nuevo, la misma fórmula de un año atrás: pagó 40 millones de euros al Santos (con impuestos ascenderá hasta los 54 millones) y aseguró casi 20 millones referentes a derechos económicos, prima de traspaso y 'bonus' para un futbolista que solo ha disputado 16 partidos con el Santos, en los que ha marcado 6 goles.

Hubo estupefacción en la secretaría técnica del Barça. Tras bloquear el interés de clubes de la Premier, no podrían haber imaginado que Florentino, a quien nadie le para internamente los pies, cometería otra vez la misma locura financiera y se lanzaría por un clon de Vinicius Jr.

Para más inri, el día que se anunció la venta, el presidente del Santos dijo con sorna: “Tuvimos el gusto de no cerrar con el Barcelona, que tiene conflictos que resolver con nosotros".