El día antes de despedirse del Barça, Luis Enrique ha echado la vista atrás. Y lo que ve, con todo, ha sido satisfactorio. El entrenador de los últimos tres años se marcha feliz de su etapa. Feliz por haberse exigido y haber dado lo máximo, asumiendo los errores "y algún acierto que habrá tenido". Sin querer valorar el legado que deja, se va con un palmarés formidable. "Si en mi presentación me llegan a decir que íbamos a ganar 8 o 9 títulos lo habría requetefirmado", ha confesado el entrenador. El número que baila no se debe a la mala memoria: está pendiente de la final de Copa de este sábado frente al Alavés.

Una final de que que apenas se ha hablado en el Barça hasta el último día, enredado como está el club con sus cuitas judiciales. El técnico garantiza que el equipo sí que está centrado en ese último objetivo; admite, en cierto modo, de que no esté al mismo nivel de ilusión del Alavés porque el once blanquiazul "se ve en unescenario al que no está acostumbrado, aunque eso provoca un execso de tensión", pero el deseo de ganar será idéntico o superior. "No he visto un equipo más ambicioso que este", ha dicho Luis Enrique de sus propios futbolistas. Y entre ellos, Leo Messi "el ejemplo de lo que e sun gran competidor y un gran líder".

JOVEN, SIMPÁTICO Y AGRADABLE

Luis Enrique se va del Barça feliz y agotado, al mismo tiempo, por el desgaste. Ha esgrimido motivos muy parecidos como los de Pep Guardiola, que conquistó 14 títulos de 19 posibles, pero no ha repetido, como él, que nunca volvería a ser entrenador del club azulgrana.

"Es mi casa, soy joven, simpático y agradable, lo tengo todo. He aprendido que nunca hay que decir nunca jamás", ha contestado, aunque descartando un hipotético regreso "en los próximos años". De momento, ha asegurado, no tiene nada planificado, ningún proyecto personal o profesional a la vista.

Lo más inmediato es batir al Alavés, el equipo "revelación" de la temporada y el que le dio el primer disgusto cuando amanecía la Liga a principios de septiembre. Ni el 1-2 del Camp Nou ni el 0-6 de Mendizorroza le sirven de referencia más allá de poder anotar los patrones de juego que se repitieron en partidos tan distintos y dispares.

ALEIX VIDAL, EN MANOS DE LOS MÉDICOS

Las única decisiones relevantes que tomará el último día Luis Enrique se reducen a una: elegir al lateral derecho. Dando por descontado que alineará al once de gala, y que el lugar del sancionado (y lesionado) Luis Suárez lo ocupará Paco Alcácer, la incógnita reside en saber quien sustituirá a Sergi Roberto que, como el uruguayo, está sancionado y lesionado.

El abanico de posibilidades empieza en Javier Mascherano, que este sábado podría recibir el alta, André Gomes, que acabó los dos últimos partidos como defensa, Lucas Digne, pese a ser zurdo, e, incluso, Aleix Vidal. Luis Enrique ha trasladado a los médicos la decisión de darle el alta. Precisamente ante el mismo rival, ante el que se lesionó el pasado mes de febrero cuando una dura entrada de Theo le produjo una luxación del tbillo derecho.