No sería lo que es, ni estaría donde está, si no se adaptara a todas las circunstancias que se le han ido presentando en su ya larga carrera en la natación sincronizada. Es la única nadadora española que ha encadenado medallas en seis Mundiales consecutivos y, con las dos platas conquistadas la pasada semana en Budapest (en solo técnico y solo libre) ya ha alcanzado a la mítica Gemma Mengual en número de podios mundialistas: 20.

Todo ello es fruto, en el caso de Ona Carbonell, de una filosofía de vida y deportiva que lleva hasta sus últimas consecuencias. "Los buenos se quejan y los mejores se adaptan", ha repetido este lunes en el Club Natació Sabadell, donde ha presentado su tradicional campus de verano con niñas que la admiran y ha comentado las últimas y azarosas circunstancias que rodean su deporte en España. La última de ellas, el relevo en la cúpula de la selección, con el fichaje de la japonesa Mayuko Fujiki en el puesto de Esther Jaumà, la entrenadora que a su vez sucedió a Anna Tarrés en el convulso cambio posterior a los Juegos Olímpicos de Londres 2012.

"Cuando entra un nuevo equipo técnico siempre cambian las cosas y las formas de entrenar. Pero los mejores somos los que nos adaptamos a cualquier circunstancia, y estoy contenta con este cambio porque cuanto más pueda aprender de nuevos sistemas de entrenamiento, mejor seré. Ya conozco a 'Mayu' de épocas anteriores y estoy segura de que nos adaptaremos en dos días y el cambio será positivo para todo el mundo", ha asegurado la sirena catalana de la sincronizada, modalidad que a partir de ahora se llamará natación artística, según decisión reciente de la federación internacional.

ELOGIOS A ESTHER Y 'MAYU'

Ona ya ha trabajado 'Mayu' con ella en los dos ciclos anteriores , y solo tiene elogios hacia ella: "Cuando llegué con 14 años ella estaba y fue como una 'mami' para mi. He pasado con ella días de Navidades, Reyes, cumpleaños, muchos entrenamientos, es una muy buena entrenadora, muy metódica y estoy contenta con su llegada. Creo que puede aportar mucho al equipo", ha dicho Ona, que también ha tenido buenas palabras para Jaumà a pesar de reconocer que quizá tanto entrenadora como nadadoras habían cometido errores.

"Si se miran las medallas, hemos bajados de las 7 de Barcelona en el 2013 a las dos de Kazán 2015 o Budapest, pero si miras la edad del equipo, se ha pasado de una media de 25 años a una de 16 o 17, así que queda mucho margen de mejora. No ha sido una época fácil, fue doloroso quedarse fuera de los Juegos de Río pro equipos. todos debemos aprender de esa época, pero todo el mundo dio su 100% e hizo lo que pudo", ha asegurado Carbonell, que ha reconocido que se emocionó en las finales de Budapest al saber que prácticamente se despedía de la seleccionadora: "No es fácil el papel que ha tenido ella en este Mundial, en elq ue el equipo ha vuelto a dar esperanzas a la gente".

La nadadora, que participará en las finales de las World Series a finales de septiembre antes de tomarse un mes de vacaciones, mantiene intactas las ganas de seguir a sus 27 años, sobre todo ahora en que se ha quedado a apenas un punto de la inabordable rusa, Svetlana Kolesnichenko, en el Mundial. "Tengo 27 años y Gemma Mengual compitió hasta los 39. Tengo margen, energía y ganas para seguir trabajando. Tengo el cuerpo sin lesiones y la cabeza con ilusión, que es lo importante. Quiero seguir siendo un referente y, para estas niñas del campus, un ejemplo de disciplina, trabajo, sacrificio, esfuerzo y constancia. Será bonito pelear con la rusa en los Europeos de Glasgow del año que viene".