LaLiga que preside Javier Tebas solicitó que el partido que el Barça y el Real Madrid deben disputar el 26 de octubre en el Camp Nou se traslade al Santiago Bernabéu. La razón. El temor a incidentes a la vista de las intensas protestas que se suceden en Catalunya tras la sentencia contra los presos independentistas. Los dos clubs ya han hecho saber que rechazan de plano un intercambio de fechas, que conllevaría que el clásico en el Estadi se disputase el 1 de marzo del 2020. [Sigue las últimas noticias tras la sentencia del 'procés' en directo.]

La petición fue enviada a la Federación Española de Fútbol, que es la entidad competente en el calendario liguero, sin consulta previa a Barça y Madrid. Fue una iniciativa propia de Tebas, lo cual generó cierta perplejidad en la propia Federación. También en las dos entidades, pese a estar acostumbradas a este tipo de veleidades del presidente de LaLiga.

Los tres jueces del Comité de Competición, dependiente de la Federación, atenderán las alegaciones de los dos clubs, que no son vinculantes, y tomarán entonces una decisión. Hay de plazo hasta el lunes para presentar estas alegaciones y el Comité dictaminará como muy tarde el miércoles. El gabinete jurídico de la entidad barcelonista prepara un escrito en el que constará su oposición al traslado de sede y que se enviará ya este jueves.

Alto riesgo

No hizo falta una reunión extraordinaria de la junta azulgrana ni extensas divagaciones para negarse a atender la idea de Tebas. En el FC Barcelona existe una lógica inquietud por lo que pueda suceder el día del partido, en el que hay convocada una gran manifestación, pero no hasta el punto de aceptar una mudanza de estadio. Se considera desde las oficinas del Camp Nou que el 1 de octubre del 2017 se vivió una situación aún más tensa y se jugó igualmente, ante Las Palmas, aunque a puerta cerrada. Se cree, además, que garantizar la seguridad y el normal desarrollo del encuentro corresponde a las fuerzas policiales. El partido, como todos los clásicos, ha sido declarado de alto riesgo.

El Madrid tampoco ve con buenos ojos el intercambio de fechas. Si no ve garantizada la seguridad, prefiere directamente la suspensión, según apuntan diversas fuentes. Entiende que existen riesgos al tener que pasar la noche antes del partido en una Barcelona potencialmente ruidosa, ya que el duelo está programado para un sábado a las 13.00 horas. Pero en el fondo del tajante rechazo de ambos clubs subyace un argumento no explicitado: un clásico supone un boyante negocio al que uno no quiere renunciar y el otro necesita organizar con más tiempo, no solo en apenas una semana, para obtener el máximo rendimiento.

LaLiga aludió a "causas de fuerza mayor contemplada en el reglamento de la Federación Española" y a "la inseguridad" que se vive en la capital catalana desde que se divulgara la sentencia del 'procés'. La Federación Española de Fútbol emitió un comunicado en el que admitía haber recibido la petición de la LFP y que a su vez la había trasladado a los dos clubs para las alegaciones. "Una vez recibidas y analizadas -reza el comunicado- fallará Competición".