Algún día tenía que llegar. Había pasado medio Giro sin que los corredores participantes subieran una sola montaña importante. Apareció el Montoso, el primer monte de primera categoría, y Mikel Landa renació, como la prueba, como el espectáculo. No es que fuese, porque tampoco había gran terreno, una super etapa, solo era una especie de aperitivo, el 'antipasto' italiano. Pero el Giro se alió por fin con la emoción, a obligar al aficionado a no solo mirar las imágenes, no solo a despertar de la siesta de los días anteriores, sino a estar pendientes del cronómetro para ver si el ciclista alavés en compañía de 'Superman' López era capaz de abrir hueco. Fueron tan solo 28 segundos, pero supieron a gloria, a la mejor pasta italiana. El Giro ha tardado 12 etapas en cargarse de emoción... una espera demasiado larga.

Han querido los organizadores juntar todas las montañas, como si quisieran crear una nueva cordillera, la Cordillera del Giro 2019, un encadenado de montañas, de aquí al sábado de la semana que viene, con la excepción de la etapa de descanso del lunes y de una jornada de recuperación programada para el jueves. Hay terreno por lo tanto para que Landa escale posiciones y, sobre todo, para que lo haga en una sola semana, algo maravilloso para evitarle un excesivo desgaste pensando en el Tour, en el plato principal, donde los filetes sustituirán a la pasta.

Y mucho antes de que llegue el postre de la Vuelta, en agosto, el Giro estaba obligado a divertir. No hay nada peor que una carrera aburrida y que invita a ver cualquier otra cosa, una serie, una telenovela, una vuelta por internet, antes que estar conectados horas y horas viendo a un pelotón que no se mueve.

Roglic, demasiado solo

A la primera montaña, el Montiso, que tampoco era el Mortirolo, el Tourmalet o el Angliru, se movió la carrera. A la primera cuesta, Primoz Roglic, ahora segundo de la general y principal favorito, se vio más solo que la una. Todos sus compañeros del Jumbo se abrieron de patas y lo dejaron expuesto a la furia de los contrincantes y al riesgo de sufrir un contratiempo con su bici.

Atacarón Landa y 'Superman' López, mientras que Vincenzo Nibali y Simon Yates, porque no pudieron o no quisieron, se mantuvieron al lado de Roglic, que prefirió guardar la ropa, controlar la situación y no inquietarse todavía por un 'Superman' y un Landa distanciados en la general. Cuatro minutos era mucho tiempo, suficiente para que Roglic pudiera administrar el ataque sin acelerarse demasiado. La función empezó mientras Cesare Benedetti ganaba la etapa y Jan Polanc se vestía de rosa como miembros destacados de la fuga nuestra de cada día.

Todas las clasificaciones en la página oficial del Giro.