Ronald Koeman echaba de menos más preguntas de cariz puramente futbolístico en vísperas de su debut oficial como entrenador del Barça (este domingo, ante el Villarreal, 21 h.), pero también sabe la influencia que ejercen las vicisitudes del club azulgrana. Y Koeman ha respondido a más preguntas sobre la marcha de Luis Suárez, la actitud de Leo Messi respecto al presidente Josep Maria Bartomeu y la situación de Riqui Puig que sobre el primer rival de la Liga.

"No soy el malo de la película", se defiende Koeman sobre el despido de Suárez. Asume la decisión de no contar con él, pero subrayaba que "antes de firmar el contrato, la directiva ya había pensado en cambiar cosas en el equipo". "Desde el primer día he respetado a Luis como la persona que es y el juagdor que es. Le dije que tendría complicado jugaar, pero que si se quedaba iba a ser uno más", destacaba Koeman, al tiempo que deseaba "toda la suerte del mundo" al ya exnueve azulgarna.

"UN POCO TRISTE"

No tenía ningún reproche hacia Suárez, que ya no está, y tampoco, obviamente, de Messi, que sí está. El capitán está de uñas con el presidente, poro no con el entrenador ni con el equipo.

Koeman le ha visto "un poco triste" tras haber perdido a su mejor amigo, pero también que ha vuelto al trabajo "con muchas ganas" después de la despedida. "En los entrenamientos y en los partidos, su compromiso ha sido un ejemplo, y no tengo ninguna duda de que lo va a demostrar también a partir de ahora".

La marcha de Suárez no será la última. Koeman espera "más salidas" y "algún fichaje" antes del 5 de octubre, fecha del cierre del mercado, pero se negó en rotundo a hablar de jugadores que no están en la plantilla. También sobre las opìniones que se emitan de él para evitar que estar replicando cada día. "Si preguntas a todos los entrenadores que han estado aquí diran que nunca tuvieron un día tranquilo. Y yo sabía lo que hay. Lo viví como jugador, aunque como entrenador es diferente, sientes más responsabilidad".

UN BARÇA "DIFERENTE"

Y su responsabilidad para preparar al equipo le ha situado en la casilla de salida ante un Villarreal que ha disputado dos jornadas. Koeman afirma que el Barça está a punto; con menos ritmo que el Villarreal, pero en condiciones de competir y sumar el primer triunfo. Y de demostrar también que su Barça supone "un cambio radical" con el que murió en Lisboa. Con "un sistema diferente, una forma de defender diferente, que quiere presionar más arriba y no retroceder tanto y que desea imprimir más ritmo de balón".

Será más joven, con Ansu Fati incluido en el primer equipo -"es impresionante que a su edad ya tenga el nivel de jugar en el primer equipo"- y con Riqui Puig con dorsal de filial. Estará. adelantó, en la lista de convocados ante el Villarreal.

Entre otras razones, porque aún faltan jugadores. Espera cambio en la plantilla hasta el 5 de octubre. "Entiendo que por temas financieros del club no vengan los jugadores que yo quisiera, lo acepto porque lo sabía de antes, pero intentaremos mejorar la plantilla. Vamos a trabajar durísimo para lograr lo que queremos lograr", garantizó Koeman.