Las normas les impiden a hablar en público y el miedo a perder contratos no ayuda pero eso no acalla a los jueces de silla en los partidos de tenis. Carlos Ramos, uno de los suyos, ha sido demonizado desde el sábado, cuando impuso tres sanciones a Serena Williams durante la final del Abierto de Estados Unidos que la estadounidense perdió frente a Noemi Osaka. Y ahora el colectivo se revuelve.

Según 'The Times' de Londres los jueces estudian un posible boicot a los partidos de Williams. Y otro artículo en 'The Guardian' (también con fuentes anónimas) asegura que el caso ha inyectado nueva fuerza a una propuesta antigua de formar un sindicato para defender sus intereses. Existe la extendida sensación de que se dejó colgado a Carlos y nadie defiende a los jueces, explica una fuente. Otra critica: Lo tiraron a los lobos por hacer su trabajo y por no estar dispuesto a ser abusado por ello.

Al pie de la letra

Ramos, de 47 años y una reputada trayectoria, fue acusado de sexismo por Williams, una denuncia que encontró eco y respaldo, incluyendo de varias organizaciones profesionales como la Asociación de Tenis de EEUU (USTA) y la Asociación Femenina de Tenis (WTA), además de declaraciones de otros tenistas y numerosos artículos de prensa y comentarios en internet, donde el debate de género ha dominado la conversación.

La organización del Abierto, en cualquier caso, respaldó la actuación del portugués en la pista Arthur Ashe al imponer 17.000 dólares de multa a Williams por las tres sanciones, que cumplieron los códigos al pie de la letra (demasiado al pie de la letra según algunos de los críticos con el juez). La Federación Internacional de Tenis, aunque a un ritmo demasiado lento en un mundo de tiempos acelerados de redes sociales, salió en defensa del juez de silla con un comunicado el lunes. Y el trabajo de Ramos no está en cuestión: a partir del viernes va a oficiar las semifinales de Copa Davis entre EEUU y Croacia.

"Seguro de la actuación"

Aunque tiene prohibido hablar sobre el partido y lo ocurrido, Ramos ha dicho que está bien teniendo en cuenta las circunstancias. Ha sido en una conversación con un compatriota portugués que también fue juez de silla, Miguel Seabra, que en un artículo publicado en Tribuna Expresso afirma también que Ramos está seguro de la actuación que tuvo y habría recordado que no existe el arbitraje a la carta.

Según el artículo Ramos el sábado se marchó directamente a su hotel en Nueva York y no salió para evitar posibles momentos de tensión. También habría recibido cientos de mensajes de apoyo e colegas, jugadores y exjugadores y no ha leído sobre la controversia más que artículos cuidadosamente seleccionados para él por sus amigos.