“No ha sido la temporada que esperábamos, por eso vamos a reaccionar con fuerza", así comenzó Florentino Pérez la presentación de Luka Jovic como nuevo jugador blanco, la primera de la semana del desfile de la redención blanca, que tendrá su punto álgido este jueves con la puesta de largo de Hazard, la gran estrella, y que el Madrid quiere cerrar con el anuncio de la llegada de Mendy, el lateral izquierdo francés que llega a compartir puesto con Marcelo y, de paso, forzar las salidas de Reguilón y Theo, dos de los señalados para integrar la operación salida.

El protagonista, que llamó la atención por su imponente físico, con un cuello al nivel de un piloto de Fórmula 1 y firma por 6 temporadas, tras el pago de 60 millones. Se mostró sobrio, muy serio, impertérrito ante el discurso de su nuevo presidente y ante el primer contacto con la afición, donde cumplió con los tópicos de saludar, lanzar balones a la grada y besar su nuevo escudo, pero con toda la austeridad y moderación posible, con la mínima expresión de las emociones.

El interés del Barça

Entre respuestas rápidas y concisas, sin rozar ninguna polémica, se presentó ante la prensa con mensaje constante de humildad y deseo de aprender y mejorar: “Solo quiero entrenar y jugar bien, me da igual en qué posición. La competencia es muy grande, pero con esfuerzo puedo tener una oportunidad, solo quiero trabajar duro para conseguir minutos”, comentó en varias respuestas, todas cortas, antes de negar contactos para fichar por el Barcelona: “No me consta que hubiera otras ofertas, eso lo lleva mi agente”, dijo.

Antes, en su discurso, el presidente había sacado los clásicos de las presentaciones, desde: “Todos los grandes de Europa te querían”, hasta: "Nos han dicho que dormías con la camiseta del Madrid" , pasando por el atemporal: “Venir siempre había sido tu sueño”. “Cuando era pequeño era aficionado del Madrid, como muchos niños”, confirmó el protagonista después.

El delantero serbio, presentado con el Madrid después de marcar con su selección absoluta, se va a incorporar inmediatamente a la concentración de Serbia para disputar el Europeo sub-21 antes de iniciar una pretemporada por el Madrid en la que tiene que definir su rol en la plantilla: “Benzema es uno de los mejores, espero aprender mucho de él. Hazard es un fantástico jugador, uno de los mejores del mundo”, dijo de dos de sus futuros compañeros.

La llegada de Jovic, con 21 años y una temporada a gran nivel en la élite, es una apuesta más que una certeza, sujeta a la adaptación de un jugador al que la afición espera para paliar el déficit de remate y presencia en el área del equipo, pese a que es un jugador más parecido a Benzema que al Cristiano Ronaldo de los últimos años, reconvertido en un finalizador.

“Me gustaría ganar la Champions”, respondió sinceramente casi en el único tema en el que opinó claramente, inmiscuido entre un retraimiento generalizado que provocó una pregunta sobre su timidez: “Se puede decir que soy tímido… pero no quiero hablar más”, sentenció con retranca.

Aún sin dorsal en la camiseta, “el número no juega”, sentenció Jovic; por ahora el único libre es el 16, a la espera de que se aligere la nómina de futbolistas del Madrid, que va por 36 a la espera de Mendy, mientras se ponen en marcha las numerosas salidas que tiene proyectadas el club, necesarias para compensar la ristra de fichajes que el Madrid ha ejecutado con la premura que imponía el catastrófico final de temporada.

Pogba, Eriksen o Ndombele

El gran objetivo sigue siendo Pogba, seguido de la posibilidad de Eriksen, pero en los medios afines al Madrid ya ha aparecido un nombre, demasiado ha tardado para el nivel del jugador, de la alternativa de Tanguy Ndombele, un centrocampista de 22 años del Lyon que destaca sobremanera por su espléndido despliegue físico en defensa, combinado con mucho criterio con el balón, desborde, conducción, llegada al área rival y un potente disparo lejano.

El cambio de paradigma para el equipo sería fichar a Pogba, o Ndombele; la llegada de Eriksen representa la propuesta continuista, con el danés como sustituto natural de un Modric al que, a punto de cumplir 34 años, no le queda mucho recorrido en el Madrid.