A perro flaco, todo son pulgas, y el Real Madrid está famélico, sin un suculento fichaje en el último lustro, expuesto a perecer en cualquier noche fría noche de invierno. El final del mercado se aproxima y el equipo no hace más que acumular lesionados, sin noticias de fichajes, y unos resultados, después del empate en casa ante el Valladolid, que amenazan con llevarse por delante los cimientos del Madrid de Florentino Pérez.

La impunidad de los títulos le ha durado al presidente menos de lo que podía esperar, sin una inversión importante desde el verano de 2014, el fichaje de James, el plan a seguir en 2019 es potenciar al colombiano, después de un lustro en el que la plantilla se ha ido devaluando y perdiendo potencial deportivo de forma constante.

Con Zidane resignado a trabajar con el equipo que el club ha podido conseguir, y cada vez con menos crédito ante la grada, solo una resurrección deportiva inesperada parece poder levantar el segundo proyecto del francés en el banquillo blanco.

PLAGA DE LESIONES

Para comenzar la reforma, Zidane no podrá contar con los lesionados Rodrygo, Hazard, Brahim, James e Isco, el último en unirse a la lista de perjudicados por las pretemporadas comerciales, en lo que supone la séptima lesión muscular del equipo.

Con el madridismo repartiendo culpas entre la directiva, por no entrar en ninguna gran operación del verano, la última la de Neymar; o el banquillo, por no acometer los cambios prometidos en el equipo, por el horizonte asoma la disparidad de criterio con Vinicius, el enfrentamiento interno que puede terminar de hacer estallar la bomba en Valdebebas cuando la situación sea insostenible.

El brasileño, la gran aparición y la única buena noticia de la temporada pasada, ha pasado a un segundo plano desde la llegada de Zidane, que ha vuelto a potenciar a muchos jugadores de la vieja guardia por delante de los jóvenes en contra de los lógicos deseos de las plantas más nobles del Bernabéu.

LUCAS O VINICIUS

Las bajas van a obligar a Zidane a tomar partido el próximo domingo en Villarreal entre Vinicius y Lucas Vázquez para el once titular (salvo reaparición de los tres centrales), una prueba de qué camino toma el Madrid. El brasileño es la gran apuesta del club, el gallego es la personificación de la apuesta de continuidad del entrenador con lo que ya le funcionó una vez para ser campeón.

El remedio para los males que todos esperan es Hazard, en el tramo final de su recuperación, un gran fichaje que puede que le llegue demasiado tarde a un proyecto que ha iniciado moribundo su andadura.