Los Dallas Mavericks sufrieron una derrota en su primer juego de temporada, ante los Phoenix Suns por 121 a 100, con un debut irregular de Luka Doncic en la NBA.

El primer partido de temporada suele ser, por lo menos para algunos equipos y jugadores, el que más cuesta. Y así fue para Luka Doncic, flamante incorporación de Mavericks, elegido número tres en el último draft de la NBA. Su llegada a la competencia de baloncesto más importante del mundo causó revuelo y las miradas estaban puestas en él, sobre todo ante la ausencia de dos de las figuras del equipo texano como lo son el alemán Dirk Nowitzky y Harry Barnes.

El esloveno logró 10 puntos, 8 rebotes, 4 asistencias y casi consigue un doble-doble, pero a su vez estuvo desacertado en tiros de campo (5/16 y 0/5 en triples), tuvo 4 pérdidas y cometió varias faltas. De todas formas, muy pronto para hacer una crítica a un chico muy joven (19 años), que viene de ser figura indiscutida y multicampeón en el Real Madrid.

Los Mavericks estuvieron abajo en el marcador todo el partido, a excepción de los primeros puntos del encuentro, que fueron a favor de Dallas con un doble de Deandre Jordan, otra de las incoporaciones. Luego de eso, fueron ampliamente dominados por los Suns, y los 6 puntos y 3 asistencias de Doncic en toda la primera mitad, no sirvieron de mucho ante un Phoenix que se fue arriba al descanso 56-46.

En la segunda parte la dinámica no cambió mucho, el ex base del Real Madrid estuvo errático y el conjunto texano, dirigido por Rick Carlisle, fue liderado por Dwight Powell que fue el máximo anotador de Dallas con 16 puntos y el siempre confiable Jordan con 11 puntos y 8 rebotes. A contraposición, Suns tuvo un goleador imparable que empezó la temporada pisando fuerte. El MVP del partido sin discusión que valga fue Davin Booker, que le aportó 35 puntos a su equipo para sentenciar un claro triunfo: 121 a 100.

Doncic no tuvo el mejor debut, aunque se mostró confiado para el resto de la temporada: "Se que puedo jugar mucho mejor que hoy y la verdad es que no he jugado mi mejor partido, pero solo queda trabajar y seguir adelante. Es un día especial para mí. Debutar en la NBA es un sueño hecho realidad", expresó cuando finalizó el partido.

Lo más destacable, además de algunas buenas intervenciones en el juego, fueron su personalidad y madurez, y demostró que no tiene problemas en ponerse el equipo al hombro cuando es necesario: "He vivido con presión desde que tengo 16 años. Así que cuando salgo a la pista siempre me olvido y disfruto de jugar al baloncesto".