Real Madrid y Barcelona llegan al primer clásico de la temporada (18.30 horas, 0#) con la intención de despejar dudas sobre su rendimiento por las bajas que merman el juego interior madridista, en el que debutará Walter Tavares, y por la irregularidad demostrada en las últimas semanas por el conjunto catalán.

La plantilla que entrena Pablo Laso llega al partido ante su máximo rival como líder de la ACB Liga Endesa y único equipo invicto, con siete triunfos consecutivos, aunque las lesiones de los pívots Gustavo Ayón y Ognjen Kuzmic y la ausencia hasta esta semana de Trey Thompkins por motivos personales le ha costado las dos primeras derrotas en Euroliga. Dichos problemas quedaron de manifiesto en la última actuación de los madrileños, que perdieron este jueves en Tel Aviv ante un Maccabi que se aprovechó de la debilidad en la pintura de su rival para capturar veinte rebotes más (53/33) y llevarse el partido por 90-83.

Para solventar estas carencias en su juego interior, el conjunto blanco ha dado de alta en la ACB al caboverdiano Walter Tavares, de 2,20 metros de altura, cuya contratación hasta el final de la temporada 2019-2020 fue anunciada este viernes en las redes sociales del club madrileño y que podrá debutar ante el Barcelona. El pívot, con tres años de experiencia en la Liga española en el Gran Canaria, llega procedente del equipo de la Liga de Desarrollo de los Toronto Raptors y jugará sus primeros minutos en su nuevo equipo, que no ha contado con un ‘cinco’ claro en sus últimos compromisos.

Pablo Laso recordó que los enfrenamientos con el Barcelona «son partidos grandes siempre» porque hay un añadido de interés general que produce que este partido sea un evento deportivo atractivo. «Para mí tiene ese punto de concentración, de partido especial, pero también para los jugadores», explicó. «Seguimos queriendo ser competitivos y ganar», explicó el técnico vitoriano, que intentará hoy ganar a su máximo rival en el Wizink Center por tercer año consecutivo, algo que intentará evitar el Barcelona.