Los Tres Leones vuelven este sábado a Wembley por la puerta grande en su reencuentro con la hinchada inglesa después del Mundial de Rusia. Todo el país vivió como una gesta el cuarto puesto de su selección en la cita mundialista y el jovencísimo equipo de Gareth Southgate ha hecho que los aficionados vuelvan a sentirse orgullosos de su combinado nacional. Las entradas se han vendido bien para el choque contra España y en Londres se ha colgado el cartel de "todo vendido".

También todos los asientos estarán ocupados en el amistoso que jugarán contra Suiza en Leicester tres días después. En julio, a pesar de la derrota contra los croatas en semifinales, los ingleses empezaron a creer de nuevo que su selección también puede ser alguien. Ahora quieren una nueva dosis de orgullo pasando por encima de España.

Apuesta por la juventud

La expectación naturalmente no es la de un Mundial o la de una Eurocopa. Pero no hay nadie que no se tome en serio el partido. Para Southgate la nueva Liga de las Naciones es una oportunidad de seguir insistiendo en la necesidad de dotar al combinado inglés de una mentalidad ganadora, acabar de renovar al equipo con una apuesta extrema por la juventud (ya fue el tercer combinado con una media de edad más baja en el Mundial) y hacer creer a sus jugadores y a los aficionados que el objetivo de ganar la Eurocopa en 2020 (Inglaterra no ha ganado nunca este título) es perfectamente posible.

La narrativa que se ha creado después del Mundial es que sólo es cuestión de tiempo que la selección inglesa pueda levantar un título importante. Mientras en verano los hinchas agotaban los chalecos en las tiendas de ropa para emular el modo de vestir de Soutghate, también se empezaban a escribir historias sobre las bondades del plan a largo plazo de la federación inglesa.

En este sentido, que Inglaterra levantase la copa de campeón en los últimos mundiales Sub20 y Sub17 es visto ahora como un prólogo de lo que más pronto que tarde debe suceder con la selección absoluta, que no gana nada desde que se coronara campeona del mundo en 1966.

La narrativa que se ha creado después del Mundial es que sólo es cuestión de tiempo que la selección inglesa pueda levantar un título importante. Mientras en verano los hinchas agotaban los chalecos en las tiendas de ropa para emular el modo de vestir de Soutghate, también se empezaban a escribir historias sobre las bondades del plan a largo plazo de la federación inglesa.

En este sentido, que Inglaterra levantase la copa de campeón en los últimos mundiales Sub20 y Sub17 es visto ahora como un prólogo de lo que más pronto que tarde debe suceder con la selección absoluta, que no gana nada desde que se coronara campeona del mundo en 1966.