"A Lolo Jarque, que nos hizo tocar el cielo en Las Tendillas. Mengíbar, 20:16 del 1 de junio de 2019". Esa es la leyenda que aparece en la imagen enmarcada que el fotógrafo José Luis Solís le regaló después de que se convirtiera en el jugador que echó el cerrojo en Segunda División para el Córdoba Patrimonio Futsal. Aún no se ha cumplido un año del gol más importante en la historia de un club que crece a velocidad de vértigo y quiere seguir haciéndolo. Pero ya será sin él. Manuel Jarque Moral (Córdoba, 1988) ha anunciado que se retira. Lo ha hecho a través de sus redes sociales, apenas unas horas después de que su nombre apareciera en la lista de bajas que la entidad que preside José García Román hizo pública. Fin de ciclo para Lolo. Su hazaña queda en la historia.

"Tras hacerse oficial por parte de la entidad mi no continuidad en el club Córdoba Patrimonio de la Humanidad, deseo anunciar mi retirada del fútbol sala profesional", ha escrito Jarque, que ha confesado que se trata de "un momento muy difícil que debo afrontar tras doce años dedicándome a ello".

Nueve clubs en su expediente. Etapas dando vueltas al mundo por Azerbaiyán, Chipre, Bélgica... Hasta desembocar en su tierra. "En esta última etapa de mi carrera pude cumplir mi sueño, jugar en el club de mis amores, equipo que siempre llevaré en el corazón pase lo que pase, porque esta camiseta blanquiverde me ha hecho tocar el cielo", admite el jugador, quien en su comunicado ha querido "agradecer en primer lugar al fútbol sala en sí por enseñarme los valores profesionales (aunque algunos no quieran verlo) y personales". "Este deporte me ha enseñado humildad en cualquier ámbito de mi vida y tener los pies en el suelo a pesar de las burbujas creadas", ha subrayado.

Maderas Miguel Pérez Bujalance, Zamora, Marfil Santa Coloma, Jaén Paraíso Interior, Levante, Khazar Island (Azerbaiyán), AC Omonia (Chipre), Gelko Hasselt (Bélgica) y Córdoba Patrimonio de la Humanidad han sido las escalas de la carrera de Lolo Jarque, que en su despedida ha realizado una "mención especial" a Juan Criado y Daniel Rodríguez, "dos grandes personas", ya que "una me abrió las puertas de llegar a ser lo que he sido profesionalmente y otra los valores de ser un buen profesional; como digo yo, mis padres deportivos".

Entre los recuerdos imborrables de Jarque está la experiencia del ascenso, que más allá de los resultados deportivos excelente supuso la consolidación de un matrimonio indisoluble entre el equipo y la afición. Pocas veces en la historia deporte en Córdoba se detectó una comunión similar: la hinchada se identificó con un grupo de paisanos que se entregó a una causa que parecía imposible. Subieron porque vencieron a los mejores por derecho. Así de claro. "Es difícil describir textualmente el cariño y orgullo que siento hacia vosotros, porque soy cordobés de nacimiento a la par que cordobesista de sentimiento", expresa el jugador.

En su carta de despedida, Jarque reserva un lugar especial para sus apoyos más cercanos. Al fin y al cabo, quienes sostienen todo. "Me gustaría despedirme con unas palabras para mi familia, amigos y personas de mi entorno que siempre me han apoyado. En especial a tres personas como son mi padre, mi madre y mi tío José Jarque. Las cuales desde que tenía cuatro añitos han lidiado con mi afán deportivo, apoyándome en cualquier momento y lugar en el que me encontrara. No se separaban ni un instante, pilares fundamentales en mi vida. Orgulloso de mi familia y amigos por permitirme caminiar libre pero cogido de la mano. ¿Y a ti, papá, qué decirte? Ojalá estuvieras aquí escribiendo esta carta conmigo", ha dejado escrito. El Córdoba Futsal sigue adelante. Lolo Jarque dejó una huella marcada para siempre.