El diario alemán 'Bild' ha sacado a la luz un extracto de la biografía del doctor Hans-Wilhelm Müller-Wohlfahrt, que se titula 'Ver con las manos: mi vida y mi medicina') y que está semana se ha puesto a la venta. En el libro cuenta cómo fue su relación con Pep Guardiola. Y se queda a gusto.

Müller-Wolhfahrt dejó el Bayern en el 2015, tras 38 años de relación con el club bávaro por desavenencias con el hoy técnico del Manchester City. Este médico goza de un enorme prestigio internacional ya que, aparte de tratar a jugadores del Bayern (empezó cuando Beckenbauer, Müller y Hoennes eran futbolistas), ha recuperado de sus lesiones a deportistas de la fama de Usain Bolt, José María Olazábal, Tyson Gay, Paula Radcliffe y el esquiador Bode Miller, entre otros.

En el extracto del libro, traducido del alemán en las redes sociales por el periodista Juanma Romero, se demuestra la pésima relación de este profesional de la medicina con el entrenador catalán. Entre otras cosas, Müller-Wohlfarth dice que "con Guardiola, el clima cambió en el Bayern y se hizo cada vez más claro que no confiaba en mí ni en mi equipo. Por un lado, no se interesaba por cuestiones médicas, pero luego exigía que realizáramos milagros. El primer día estuvo bien, el segundo también, pero en el tercero...".

PRIMERA TENSIÓN

"¿Qué está pasando aquí? --agrega el médico que le dijo Guardiola--. Pensé que llegaba al mejor departamento médico del mundo y tenemos dos lesionados de larga duración que deberían haber estado recuperados tras el primer diagnóstico. Me lo dijo en un tono agresivo y de reproche".

"Tras la pretemporada, las tensiones fueron en aumento. Guardiola me exigió que asistiera a cada sesión de entrenamiento. Por lo visto, me vio en el papel de un mero acata órdenes de quien podía deshacerse en cualquier momento". Según Müller-Wohlfahrt, "le dije que aunque el Bayern era una cuestión de corazón, también tenía mi consulta. Pero eso no le interesaba. Al principio creyó que sería fácil prevalecer contra mí. Pero cuando se dio cuenta de lo grande que era el apoyo del equipo y del club hacia mí, solo se enojó más".

EL RELATO

Prosigue en su relato: "Recuerdo una temporada con Heynckes en la que solo hubo tres lesiones musculares. Y no tiro de mi memoria ni de mi instinto, sino de las estadísticas oficiales del Elite Club Injury Study de la UEFA, donde el Bayern siempre estuvo entre los clubs con menos lesiones". "Pero vino Guardiola. Y justo en la primera temporada tuvimos muchas más lesiones musculares que en la exitosa 2012/13. Y él lo sabía todo mejor: cinco minutos de calentamiento rápido eran suficiente. Pero eso no podía ser bueno".

Luego realiza la siguiente reflexión: "Simplemente no pude llegar a Guardiola con la forma en que pienso y trabajo. Incluso mis informes de jugadores lesionados no le interesaron. Cada vez que quería hablar con él, inmediatamente se daba la vuelta y se alejaba. Con Heynckes, Van Gaal, Hitzfeld y Lattek fue muy diferente. Siempre estuvieron bien informados sobre mi forma de trabajar y por esa misma razón me dieron su confianza".

EL AMBIENTE PREVIO

Según él, los técnicos que precedieron a Guardiola "observaron los tratamientos en el vestuario, vieron la precisión, la concentración y la experiencia con la que se resolvían los problemas y también sabían que los tratamientos generalmente no causaban dolor. Las tensiones entre Guardiola y yo siguieron en aumento a lo largo de los meses. Cada vez que retiraba a un jugador debido a una lesión muscular, él estaba enojado. Es ridículo, podría seguir jugando, decía molesto".

"Guardiola y yo nos sentamos en la gran mesa, donde los jugadores desayunaban, con los platos aún en ella. Iba a ser una charla, y se convirtió en un escándalo. Perdí los estribos, le grité y luego golpeé mi puño en la mesa con tanta fuerza que los platos y tazas volaron. Por primera vez en todos estos años me volví ruidoso. No podía entender como un entrenador con los mismos años de edad que los que yo llevo trabajando para el Bayern, no prestase ninguna atención a mi experiencia".

LA PERSONALIDAD DE PEP

También realiza un análisis de la personalidad del extécnico azulgrana: "Creo que Guardiola es una persona con poca confianza en sí mismo y que hace todo para disimularlo. Por eso, parece vivir con un miedo permanente, no a las derrotas, sino a la pérdida de poder y autoridad".

Luego analiza los daños colaterales que provocaron el 3-1 encajado en Oporto, en partido de Champions y que supuso su salida del Bayern en abril del 2015. "Fue el día decisivo en mi carrera dentro del Bayern. Mientras los jugadores eran tratados en sus camillas, fui atacado en voz alta delante de todos y culpado por los muchos lesionados. No podía ser que las lesiones duraran seis semanas en Alemania y solo 14 días en España, me dijo". A consecuencia de esta nueva discusión, "de vuelta a Múnich, fui a la oficina y les conté a mis colegas lo que había sucedido en Oporto. A primera hora de la tarde, hablé con mi esposa y mi hijo, y en ese mismo momento decidí que tenía que dar el paso: renunciaría como médico del Bayern después de 38 años".