Un grupo ucraniano, uno de cuyos representantes es el exfutbolista Julio Prieto (condenado hace dos años por detención ilegal) aseguraba ayer a este periódico tener cerrada la compra del Córdoba por 15 millones de euros más tres adicionales por variables en una operación cerrada en Donetz hace unos días, ciudad a la que se desplazó el presidente del Córdoba y máximo accionista, Jesús León, en un periplo que se inició en Estambul. En principio, dicho viaje estaba programado por León para autorizar a un grupo de agentes para operaciones futuras con jugadores del club. De hecho, fuentes blanquiverdes aseguraron a este periódico que en esa cita se habló principalmente del futuro de algunos jugadores y se llegó a firmar una autorización por la que se autorizaba a ese grupo de agentes a buscar ofertas para jugadores blanquiverdes, actuales y futuros, en un planteamiento de posible colaboración en el tiempo. Siguiendo con la versión del club, se presentó también una oferta por la propia entidad blanquiverde que León habría rechazado, levantándose de la reunión en ese momento.

Sin embargo, la versión del grupo ucraniano varía, ya que asegura que la operación está cerrada, aunque reconoce que Jesús León no percibió ninguna cantidad de dinero, ni tan siquiera en la firma de ese supuesto documento. Este mismo grupo intentó recientemente hacerse con el Recreativo de Huelva y antes con el Málaga, sin éxito. No deja de ser llamativo que un miembro de dicho grupo, español, estuvo en la tarde-noche de ayer llamando a varios medios de comunicación de la ciudad asegurando que el Córdoba estaba vendido, aunque desde la entidad blanquiverde se negó tal extremo. Además, la supuesta compra se habría realizado sin obtener anteriormente ningún tipo de documentación sobre el estado financiero del club o sin tan siquiera haber aparecido por la ciudad previamente, por lo que la operación, al menos en su primer contacto, muestra diferentes lagunas, más allá de las versiones contrapuestas de ambas partes.

Otro representante en España de ese grupo ruso-ucraniano es Fernando Martínez Vela, agente de futbolistas a través de la empresa Footag, SL, de la que posee el 50%. El otro 50% está controlado por el abogado Roberto Rodríguez Casas, que en el 2012 estuvo imputado por blanqueo de capitales y crimen organizado.