No se recuerdan precedentes. Al menos, en la historia moderna de los fichajes del Barça. Y menos en el jugador más caro de su historia. Estaba Ousmane Dembélé en las entrañas del Camp Nou aguardando a que se resolviera "un problema burocrático" en su liquidación con el Dortmund, según informó el club azulgrana, cuando miles de personas aguardaban bajo un sol inclemente en la grada del estadio. Hasta casi dos horas tuvieron que esperar a que apareciera el francés, mientras el clima de descontento iba en aumento. "¡Bartomeu, dimisión! ¡Bartomeu, dimisión!", se escuchó en varias ocasiones en el Camp Nou.

El enfado iba en aumento entre los 17.814 espectadores que transformaron lo que debía ser la festiva presentación de Dembélé en una situación extraña. Por eso, y antes incluso de que pisara el césped, el nuevo delantero azulgrana apareció en el palco para saludar a los aficionados que llenaban esa zona del Camp Nou.

Bartomeu, que compareció después en el Auditorio 1899, no hizo referencia alguna a esos gritos porque en el protocolo de presentación de fichajes ya no hay la posibilidad de realizar preguntas. En un breve discurso, con Dembéle, situado a su izquierda, le dio la bienvenida en francés, además de recordar que "era un jugador que veníamos siguiendo desde hace años". Lo pudo fichar la pasada temporada, pero no lo hizo. Entonces, el Dortmund pagó 15 millones de euros al Rennes. Ahora, el Barça ha pagado, como minímo, 105 al Dortmund.