¿Es posible remontar ocho puntos cuando quedan trece partidos por disputar? Está claro que sí. Y no es pura matemática o un deseo en favor de unos colores. Lo demostró el Girona de la temporada 2011/12, cuando sumaba 31 puntos tras disputarse la jornada 34, en la que firmó en Montilivi tablas ante el Barcelona B, empate que le costó el puesto al segundo técnico en aquella temporada, Josu Uribe, lo que propició la bajada al banquillo de Javier Salamero desde el despacho como jefe deportivo con la valiosa de Rubi, entrenador del Huesca, actual líder de la competición. Los catalanes tenían por delante a una distancia de ocho puntos -la misma que tiene actualmente el Córdoba- a un cuarteto formado por el Guadalajara, el Murcia, el Huesca y el Xerez, todos con 39 puntos.

«¿Cuál era el planteamiento entonces? Cada partido era un match-ball», recordaba hace un mes en este periódico el exblanquiverde Luso, enrolado entonces en aquel Girona. «Fue una remontada bastante épica, porque fue justo en la parte final de Liga cuando por fin logramos salir de los puestos de descenso», rememoraba el maño. Y tanto. El Girona no salió de puestos de descenso hasta la penúltima jornada liguera, tras otras tablas en casa ante el Recre e igualado a puntos (46) con la zona de descenso, en un triple empate con el Sabadell y el Guadalajara. Una finalísima jugada en La Condomina en la última jornada, ante un Murcia que también se jugaba el descenso, le dio la salvación tras ganar 1-2 a los pimentoneros, que también mantuvieron la categoría a pesar de la derrota. «Esas situaciones se sacan entre todos», recordaba el cordobés Juanlu Hens, que también militaba en aquel Girona y que ya hace un mes insistía en que «la distancia» del actual Córdoba «con la permanencia no es insalvable, ni mucho menos. Si el equipo gana en confianza con el apoyo de la afición, como vi el día contra el Barcelona B, el objetivo estará ahí», vaticinaba ya entonces el exblanquiverde antes de los triunfos ante el Valladolid y el Alcorcón, en Santo Domingo.

De hecho, aquel Girona estaba más cerca de la salvación en la jornada 29 que en la 34. En la misma jornada que se ha disputado en esta campaña, los catalanes tenían 23 puntos -dos menos que el Córdoba actual- y se situaban a seis puntos de la salvación, que marcaba el Huesca, con 29 puntos.

Aquel equipo demostró que se pueden remontar ocho puntos de distancia para lograr la permanencia. Y no lo hizo en 13 jornadas, sino en tan sólo ocho.