Marcó un golazo, el gol que tanto esperaba y desde hace tantos meses. Un soberbio derechazo desde fuera del área. Después, Philipe Coutinho tuvo una celebración singular tapándose los oídos al tiempo que mascullaba su ira mientras aparecían sus compañeros para felicitarle. Un gesto que el Camp Nou, que ha tenido paciencia infinita con el brasileño, al igual que Valverde, no detectó, loco como estaba de alegría por ese 3-0 al United que le metía en las semifinales de la Champions.

"No, no he visto el gesto de Coutinho", comenzó diciendo el técnico azulgrana antes de verlo en la televisión. "Ahora sí lo veo. No sé que significará, pero yo me quedo más con el gol que ha metido que con los detallitos. Injustos con él? Este tipo de clubs como el Barça tienen una gran exigencia, todos estamos expuestos a la crítica", ha recordado Valverde.

"No me importa la celebración, lo que me importa es el gol. Coutinho es un gran jugador, tiene huevos", proclamó Clement Lenglet, el central azulgrana, sin dar importancia a ese momento en que el brasileño se encaró con la grada del Camp Nou.