El nuevo presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el portero titular de la selección española, David de Gea, protagonizaron este martes una anécdota en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, cuando el guardameta del Manchester United optó por no aplaudir al político del PSOE. De hecho, fue el único que permaneció impasible ante el dirigente, tras un acto de homenaje a Andrés Iniesta.

Los motivos que originaron este roce se remontan al 2016, en pleno 'caso Torbe'. Pedro Sánchez criticó entonces a De Gea y aseguró no sentirse cómodo ni representado por el portero, pese a que aún no se había celebrado el juicio y aunque la acusación se sustentó en lo que luego resultaron pruebas falsas.

El líder socialista no se disculpó entonces y De Gea le pasó la factura. "Creo que ha habido una época en la que no se me ha tratado como se debería. Mucha gente me ha criticado sabiendo que lo que se había dicho no era lo correcto", dijo el seleccionado.

No obstante, el presidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, aseguró en la COPE que este enfrentamiento llegó a su fin y que ambos limaron asperezas: Sánchez estuvo "cariñoso y cercano" con el pupilo de Lopetegui, en sus propias palabras.