No existe una fórmula del éxito en Segunda B, un plan que garantice a ningún club el ascenso a Segunda, y no solo por el factor del play-off de ascenso, que acaba con las ilusiones de equipos que realizan grandes ligas regulares pero son incapaces de superarlo. El Murcia actualmente o el Cádiz en su día son bien conscientes de ello.

A este reto se enfrenta el Córdoba, el de armar una plantilla y un proyecto competitivos sin que exista un asidero al que agarrarse para tener una esperanza total. No obstante, Racing de Santander y Fuenlabrada ascendieron hace dos semanas a Segunda, con dos modelos diferentes e interesantes para tratar de desentrañar la madeja del hilo de la división de bronce.

“Trabajo, trabajo y trabajo”

Con constancia y trabajo permanentes es como ha logrado el Fuenlabrada el ascenso. Lo hizo como campeón del grupo 1 de Segunda B, en el que tenía “el séptimo presupuesto” y en una temporada “en la que nos ha pasado de todo”, aseguraron ayer a este periódico fuentes del club fuenlabreño. De hecho, el entrenador Eloy Jiménez se marchó en pretemporada y se recurrió a Mere (Baldomero Hermoso), que logró la machada.

Era la tercera vez consecutiva que el Fuenlabrada jugaba el play-off. A la tercera, la vencida, tras superar con claridad al Recreativo de Huelva. “Una clave deportiva es adaptarse a lo que hay en la categoría, jugando en césped artificial en campos casi de barrios, pero también en estadios de nivel como el Reino de León o el de la Ponferradina”, se afirma desde el club. Y, por supuesto, “tener una plantilla mentalizada para todo eso, ser constantes en una maratón que ha sido en 42 partidos, con perseverancia y constancia”, ya que “no hay nada que te garantice el ascenso, ni nombres de futbolistas ni el club, nada”. Eso sí, en la plantilla del Fuenlabrada hubo hombres como el Cata Díaz (que se marchó en invierno) o Cedric, máximo goleador pero lesionado de gravedad en marzo y que se perdió la promoción de ascenso.

Aunque no era el club más rico del grupo 1 sí tuvo un apoyo financiero importante de Jonathan Praena, empresario de 37 años de la localidad fuenlabreña y propietario de varias cadenas de restauración además de un grupo inmobiliario, según explica el periodista Roberto Fernández, de Onda Fuenlabrada. “El presupuesto rondaba los 1,8 millones”, asegura Fernández, que incide en tres factores que ayudan al éxito en la categoría de plata.

El primero, el entrenador. “Lo que ha hecho Mere en el Fuenlabrada se lo he visto hacer a muy poquitos entrenadores”, comenta este periodista, destacando “el estilo de juego, la mentalidad pero sobre todo el trabajo psicológico de la plantilla”. Este entrenador gaditano de 44 años insistió a los jugadores “para que no se les fuera la cabeza” tras un gran arranque de temporada. De las 38 jornadas el Fuenla estuvo entre los tres primeros en 27. Era necesario no creerse indestructibles en las nubes.

Afrontar la realidad

Una segunda clave es que “no puedes ser un equipo de Segunda en Segunda B”, ya que “hay que saber competir en la categoría, ser conscientes de que no eres de Segunda y deshacer el halo que habían puesto alrededor del Fuenlabrada”.

El equipo madrileño “no ha pasado por encima de los rivales”, anotó solo 49 goles a favor en 38 jornadas pero solo recibió 21. “No es un equipo que haya divertido pero era serio, bien colocado y tenía arriba a Cedric y compañía, que clavaban una y cerraban el partido”, explica Fernández.

En tercer lugar, pero no menos importante, el Fuenlabrada ha contado con apoyo no solo de su propietario, Jonathan Praena, sino también de instituciones y empresas. “En Madrid, cuando un equipo despunta en Segunda B es más fácil que la Comunidad -gobierno regional- ayude, y a través de ella los sponsors y empresas se involucran, te vienen solos y es mucho más fácil”, explica el periodista fuenlabreño.