Josep Maria Bartomeu y Leo Messi escenificaron finalmente la esperadísima firma de renovación. El futbolista argentino estampó ayer por la mañana su rúbrica en un nuevo contrato que le liga al Barça hasta el 2021. Tendrá una cláusula de rescisión de 700 millones de euros, más del doble de lo pactado en junio. Aquel contrato estaba ya en vigor, aunque llevara solo la firma por poderes de su padre Jorge. El rubricado ayer por la mano derecha del ‘10’ puede considerarse un contrato distinto. Casi idéntico, pero con las variaciones marcadas por la disuasoria cláusula. Lógicamente, a mayor cláusula, mayores prestaciones económicas para el argentino.

El entorno de Messi y los dirigentes del club azulgrana pactaron el viernes por la tarde, después de la gala de la Bota de Oro, que la ansiada imagen de la firma de renovación se realizara este sábado en la antesala del palco del Camp Nou. Hacía días que habían llegado a un acuerdo definitivo sobre las nuevas condiciones. La inesperada fuga de Neymar al PSG en agosto por 222 millones de euros obligó al club azulgrana a plantear de inmediato una revisión al alza de la cláusula de su jugador bandera. Necesitaba el club la tranquilidad de una cifra totalmente prohibitiva, incluso para los clubs más ricos y desprendidos, tipo el propio PSG o el Manchester City. Pero el futbolista, despreocupado, daba largas. «Tranquilos, no se preocupen, si yo no me voy a ir a ningún sitio», comentaba en privado a los dirigentes azulgranas cada vez que le planteaban la cuestión.

Pero no hay mayor tranquilidad que una firma, y ya de paso una foto. Fuentes oficiales del club aseguran que al presidente Bartomeu la foto en sí le daba igual, aunque entienden que servía el propósito de mandar un mensaje de tranquilidad a la masa social, inquieta en las últimas semanas por la misteriosa ausencia de una visualización del acuerdo.

UN GESTO / Con la cláusula aumentada, el club azulgrana ha debido variar la oferta económica. Desde el club se habla de «gesto». También de una cantidad «simbólica», siempre en proporción, claro, a la magnitud de un contrato gigantesco.

Las cifras, como es habitual, no se han dado a conocer, pero tras el anuncio de la renovación en junio se habló de un sueldo para el jugador que se acercaba a los 50 millones de euros limpios, al margen de una abultada prima de renovación, concepto que ya cobraron Neymar y Busquets, entre otros, en su día. «Estoy feliz de seguir en mi casa. Quiero pasar toda mi vida acá», declaró la estrella argentina a los medios oficiales del club. «Mi sueño es terminar en el Barcelona, vamos por el camino». Estas palabras son toda una liberación para el presidente azulgrana, pese a que siempre se haya mostrado tranquilo por la validez del contrato firmado en junio. De hecho, él se ha encargado de subrayar que, pese a lo publicado y comentado, Messi no podía irse gratis a ningún club a partir de enero. Ahora, queda totalmente descartado.