Este domingo se conocerán los finalistas de la última edición de la versión tradicional de la Copa Davis, la competición por equipos de este deporte más importante y emocionante, fundada en 1900, y que vivirá dos emocionantes duelos, Francia-España, en el estadio Pierre Mauroy de Lille, y Croacia-Estados Unidos, en Sportski centar Visnjik de Zadar.

En Lille, y en un recinto con capacidad para 26.429 espectadores, con techo retráctil, España, sin Rafael Nadal lesionado en el tendón rotuliano de su rodilla derecha durante el Abierto de Estados Unidos, intenta lograr la que sería su décima final en la historia, de las que ha ganado cinco (2000, 2004, 2008, 2009 y 2011), y lo hace contra el actual defensor del título.

Aunque el de Manacor no estará en la formación española que luchará en esta localidad del norte de Francia, situada al borde de la frontera con Bélgica, con unos 230.000 habitantes, la sombra del ganador de 17 títulos del Grand Slam planea sobre esta confrontación.

Desde que el equipo de Yannick Noah derrotó a Italia, por 3-1 y a domicilio en cuartos, en Génova, con Lucas Pouille asumiendo el mando de la formación gala y ganando sus dos partidos individuales, todo el conjunto francés ha planificado la eliminatoria pensando en el zurdo español.

Para ello han elegido un recinto icónico, sede de la final de 2014, cuando Suiza les arrebató el título, y del año pasado, cuando derrotaron a Bélgica. Una superficie que más daño podría hacer a Nadal, "rebound ace", rápida y de bote muy bajo, sobre la que hasta hace unos años se disputaba el Abierto de Australia, y una bola, Tecnifibre X-One, pesada y dura, más acorde para el golpe plano que para el liftado de los españoles.

La eliminatoria recuerda la final de Mar del Plata de 2008 en el Estadio Islas Malvinas, donde los argentinos prepararon todo para perjudicar el juego de Nadal, que no pudo acudir, y España acabó ganando el título, por 3-1.

La baja de Nadal ha trastocado todo. Noah dice que con el de Manacor, España era favorita. Ahora todo parece más igualado. Sergi Bruguera, capitán español, se defiende con precaución. "Sin Rafa Francia es más favorita, pero vamos a competir", ha dicho.

Noah, que dejará su puesto este año, tras ser capitán en diferentes periodos (1991-1992, 1995-1998, y de nuevo desde 2016) y que será sustituido por Amelie Mauresmo en 2019, se relame pensando que sin Nadal la victoria es más factible, y recordando que esta es la sexta eliminatoria que él dirige a Francia, en la que el equipo rival no dispone de su número uno.

Pero si Bruguera no puede contar con Nadal, Yannick también tiene bajas importantes, como las de Jo-Wilfried Tsonga, tocado en el menisco izquierdo y que no ha jugado desde el 10 de febrero pasado, Gael Monfils, que se lesionó en este Abierto de Estados Unidos y una más, la del gran doblista Pierre-Hugues Herbert, perjudicado en un muslo, que junto con Mahut no ha perdido ni uno de los cinco partidos disputados en esta competición.

El capitán español, triunfador en sus dos primeras eliminatorias, contra Gran Bretaña en Marbella (3-1), y Alemania en Valencia (3-2), confía para los individuales en Pablo Carreño (21 del mundo), recuperado de la sobrecarga en el aductor izquierdo que le obligó a retirarse en la segunda ronda en Nueva York, y que debe asumir su condición de número, Roberto Bautista (26), y Albert Ramos (55), repescado tras la baja de Nadal, y el héroe de Puente Romano.

La experiencia de Feliciano López, que puede formar una gran pareja con Carreño, como lo demostraron en Marbella, o con Marcel Granollers, también cuenta, y puede tener gran peso en la contienda.

Noah ha diseñado un equipo en el que Pouille (24 años y 19 del mundo) asume el papel de líder y sobre él recaerá la obligación de ganar sus dos individuales. Le acompaña el veterano Richard Gasquet (32 años y 24 del mundo) y el repescado Benoit Paire (29 años y 54 ATP), convocado por primera vez para el equipo de la Davis.

Las lesiones han hecho que Noah y Paire hicieran las paces, después de que el jugador de Aviñon mantuviera un conflicto con la Federación de su país, tras ser expulsado de la concentración en los Juegos de Río por su mal comportamiento. Parece ser que Paire ha mostrado a Yannick su deseo de disputar la Copa Davis antes de que cambiara de formato.

Y para convencer al capitán, Benoit le ha recordado sus victorias este año frente a Novak Djokovic en Miami; Lucas Pouille, en Madrid; o Denis Shapovalov, en Wimbledon. Parece claro que Noah formará un doble con Mahut y Julien Benneteau (36 años), que ha pospuesto su retirada para el final de la esta temporada, pensando en la Davis.

Francia ha ganado la Ensaladera de Plata en diez ocasiones (1927, 1928, 1929, 1930, 1931, 1932, 1991, 1996, 2001, 2017) y ha sido finalista otras ocho más. Ha llegado a las semifinales tras vencer a Holanda (3-1) en Albertville, y a Italia (3-1) en Genova.

Esta eliminatoria puede servirles para edulcorar los resultados de sus jugadores este año en el Grand Slam, ya que ninguno de ellos ha superado la primera semana de ninguno de los 'major', lo que supone el peor resultado desde hace casi 40 años. Desde 1980 al menos un francés se había clasificado para cuartos de final de uno de los grandes.

Este mismo fin de semana, Croacia deja todo en las manos de Marin Cilic (6) y Borna Coric (18) para disputar los individuales, y que sean ayudados luego por Franco Skugor (368), Mate Pavic (3 del mundo en dobles) e Ivan Dodig, y en los casi 9.000 aficionados que animarán a su equipo.

Los croatas, campeones en 2005, reciben en Zadar a Estados Unidos, vencedor en 32 ocasiones (el que más en toda la historia de la competición), con Jack Sock (17), Steve Johnson (30), Frances Tiafoe (40), Sam Querrey (61) y Mike Bryan.

Jim Courier, capitán del conjunto USA, puede notar la falta de su mejor jugador, John Isner (10 del mundo), que avisó en Nueva York que no competiría porque espera el nacimiento de su primer hijo, pero con el refuerzo de la pareja Sock y Mike Bryan que acaban de ganar el título de dobles en el US Open.

De ganar España y Croacia, la final, del 23 al 25 de noviembre, se disputaría en cancha hispana. Si Francia gana y también el cuadro balcánico, los galos harán de anfitriones. Si es España-Estados Unidos, la final viajará a territorio americano.