Era el partido decisivo y se apreció sobre el parqué. Mucha intensidad en el juego pero sobre todo en la grada. Dada la coincidencia de horario con el Real Betis Balompié (jugaba con el Real Madrid media hora antes), no acudieron tantos hinchas béticos, como el viernes pasado, al Polideportivo San Pablo.

La asistencia rondó los más de dos mil espectadores. Pero los que no fallaron, sino que aumentaron, fueron los aficionados cordobesistas. De rondar los trescientos el pasado viernes a alcanzar los quinientos este domingo. Y se hicieron notar. Una afición entregada a unos jugadores que lo han dado todo en esta temporada. Pese a ser inferiores que su rival, nadie dejó de creer y los de ‘Maca’ no estuvieron solo en ningún momento.

Los jugadores del Córdoba Futsal celebran el penalti de Koseky que supuso la victoria en el pabellón San Pablo. CCF FUTSAL

Era tal la cantidad de aficionados blanquiverdes que durante el himno del Real Betis, tuvieron que dejar la música en megafonía. Lo cual no hizo falta en el partido anterior. Durante el encuentro, ambas aficiones no dejaron de apoyar a sus respectivos equipos. Ni el gol de Rubén Cornejo consiguió apaciguar los ánimos de la afición visitante, que animó a los suyos tras el gran varapalo. Y surtió efecto.

En los momentos previos a la tanda de penaltis, los nervios eran más que palpables en la grada. Y, desafortunadamente para el Córdoba, en la portería elegida para los lanzamientos se encontraban los ultras del club sevillano, los cuales ejercieron la máxima presión posible sobre los cordobeses. Pero no funcionó, y los blanquiverdes lograron la victoria. Con el último penalti, lanzado por Koseky, se vino la locura. El prieguense corrió la pista seguido por sus compañeros y en busca de los aficionados cordobesistas. Desde ese momento, el pabellón se convirtió en una fiesta.

Jugadores y cuerpo técnico blanquiverdes abrazan a su presidente, José García Román. CCF FUTSAL

Los quinientos cordobeses que se habían desplazado a Sevilla estuvieron festejando por todo lo alto el triunfo de los suyos durante unos veinte minutos, hasta que los jugadores volvieron a vestuarios. Además, cabe destacar que entonaron cánticos en favor del Betis como señal de respeto y fair play. La otra cara de la moneda es la de un Real Betis Futsal incrédulo al ver que se le había escapado el ascenso por segundo año consecutivo. Pero el Córdoba sueña con el ascenso y luchará hasta el final por ello. Además, puede estar seguro de que no estará solo en la eliminatoria que le espera. Vista Alegre no fallará.