La Guzmán el Bueno terminó un año más con un éxito en la meta al entrar 2.245 deportistas. La participación ha sido una de las mayores de la historia de la prueba y no ha batido su récord del 2015 porque la organización cerró las inscripciones en 3.000. Según Antonio Cabello, «teníamos cerca de 3.500 preinscripciones más pero no podíamos a admitir a más gente debido a que los pequeños senderos de la sierra de Córdoba no lo permiten».

Desde la salida podía comprobarse que la prueba era todo un éxito, pues los alrededores de Open Arena estaban llenos de deportistas, familiares, aficionados al deporte y curiosos que querían ver de cerca los primeros momentos de la carrera. Algunos se paraban al pasar por allí para preguntar si era una manisfestación u otra cosa lo que provocaba que hubiera tanta gente junta. Al enterarse de que era una prueba deportiva lo que provocaba tanto ruido no dejaban de sorprenderse.

Algunas partes del recorrido ya clásicos en las pruebas cordobesas de MTB estaban repletas de gente. Algunos estaban desde primeras horas de la mañana esperando a ver a los ciclistas. Las cuestas más duras eran las más seguidas, pues todos querían ver a los mejores esforzarse al máximo para no perder terreno con sus máximos rivales.

Los últimos metros de la carrera son ya clásicos en la Guzmán el Bueno, pues gustan tanto a participantes como aficionados. Todos los que consiguen terminar son llevados en volandas en los últimos metros por los aficionados. En la meta pudo verse a padres terminando junto a sus hijos, a grupos de amigos esperándose para acabar juntos y hasta a un ciclista que quiso concluir la carrera pedaleando con la bicicleta puesta al revés. Al final todos disfrutaron de una mañana deportiva en plena primavera cordobesa.