Carmela, Carmela, la que hemos liado. Nada más terminar el encuentro ante Noruega las Guerreras pidieron un teléfono y llamaron a su capitana, que había presenciado el histórico encuentro desde el sofá de su casa. Carmen Martín, la principal baza en ataque de la selección se despidió del Mundial antes de empezarlo por solidaridad y porque entendía que tras su lesión no estaba al 100%. Su ejemplo es el que mejor explica la esencia de este grupo.

Porque la selección llegaba de ser undécima y duodécima en los últimos campeonatos y no aparecía como favorita para alzar el centro mundial en ninguna quiniela. Pero nadie creyó más que ellas y su 'staff', que lleva años trabajando en el llamado Programa Objetivo2021, encargado de formar a las futuras generaciones y preparar al equipo para el próximo Mundial, que se disputará en España. Los resultados se esperaban entonces, no en Japón.

Pero el trabajo da sus frutos y el premio se adelantó. Tras una primera fase perfecta, las Guerreras ilusionaron a la afición con las medallas pero Carlos Viver tenía claro que el objetivo seguía siendo el preolímpico. Una vez con este bajo el brazo, la líder Shandy Barbosa no dudó en decir que iban a por el oro. Lo demostraron ante la mejor selección de la última década, Noruega, anulándola por completo y firmando uno de los mejores encuentros del Mundial. Ahora, solo les queda derrotar a Holanda (12.30 horas, La 1) en su primera final mundialista de la historia.

Las neerlandesas dieron la sorpresa en la otra semifinal y se citaron con las Guerreras en un encuentro que se prevé igualado. Las actuales campeonas de Europa también han derrotado a Noruega en este campeonato pero llegan a la final con el balance de tres derrotas, dos más que las Guerreras. Con Estevana Polman en ataque y Tess Wester, una de las mejores guardametas del mundo, bajo palos, los Países Bajos intentaran birlarle el oro a las de Viver. Pero España sueña, cree y luchará por seguir haciendo historia.

Este es el siete ideal de las 'guerreras':

Silvia Navarro, portera

Llegó a semifinales siendo la guardameta con menos paradas de las cuatro mejores selecciones del planeta. Pero como buena portera apareció en el momento ideal, ante Noruega. Esta valenciana de 40 años se vistió de muro ante la mejor selección de la última década y comandó a las Guerreras hacia una final histórica con un repertorio de paradas que parecía no tener fin. Detuvo siete metros, contragolpes e incluso una rosca que ha quedado en la retina de todos los aficionado al balonmano. Sus lágrimas al terminar el encuentro son las de una capitana que ha estado desde el principio, en los malos y en los buenos momentos.

Ainhoa Hernández, pivote

Está siendo una de las revelaciones del Mundial. Con tan solo 25 años, la de Barakaldo se ha convertido en toda una referencia en los seis metros. Disputa como nadie la posición y cada balón que llega al pivote termina o en el fondo de la red o en penalti. Por eso, cuanto más duro ha sido el partido, más minutos le ha dado el seleccionador a la del Zuazo, que empieza a recordar al mejor Aguinagalde. Acumula ya 80 internacionalidades y 109 tantos con la selección. Y eso que hubo un tiempo en el que el fútbol llamó a su puerta. El Athletic se interesó por ella. Pero Ainhoa ya había elegido el balonmano.

Shandy Barbosa, lateral

Tras perderse el Europeo de 2018 por maternidad, Shandy ya es la máxima anotadora de la selección en este Mundial. Volvió con las pilas cargadas y ha tirado del carro de las Guerreras siempre que el partido lo ha demandado. La lateral, que se ha desenvuelto en todas posiciones de la primera línea, está protagonizando uno de sus torneos más regulares. Anota desde la distancia, roba balones como una auténtica gacela y en el contragolpe es infalible. Además, ante la ausencia de Carmen Martín, Shandy también se ha animado desde los siete metros. Sin su liderazgo ha sido imprescindible para alcanzar la final.

Nerea Pena, central + lateral

Suele dirigir al equipo desde el centro, pero no es nada raro verla percutir en los laterales. Porque la navarra se caracteriza por su visión de juego pero también por los uno contra uno y la fiabilidad de sus fijaciones. Es difícil pararla cuando llega en carrera y ahora que es una de las veteranas de la selección también ha tomado la responsabilidad de los penaltis. El viernes celebró su 30 cumpleaños con la histórica victoria sobre Noruega. Ahora, ya piensa en el oro.

Alicia Fernández, central

Está disputando su primer mundial, pero cualquiera diría que lleva años al frente de la selección. Alicia Fernández, la única gallega del combinado nacional, ha brillado con luz propia en Japón y se ha convertido en toda una referencia del ataque. Porque bajo sus mandos, la selección tiene ritmo, magia y gol. Y porque en momentos decisivos no le ha temblado el pulso. Cuando la central ha echado la directa y ha encarado a portería la acción casi siempre ha terminado en el fondo de la red. No le pesa la responsabilidad. Es una auténtica Guerrera.

Soledad López, extremo izquierdo

Sus lágrimas al terminar la semifinal eran más que especiales. Sole llegó a su primer Mundial con una medalla de su entrenador Diego Carrasco, fallecido este verano, en la maleta. Y con él en mente, la malagueña se ha convertido en una de las extremos más fiables de la selección. Aunque su compañera Jennifer Gutiérrez estás cerca de hacer historia y convertirse en la primera jugadora en ganar el Mundial de balonmano playa y balonmano pista.

Marta López, extremo derecho

También procedente de Málaga, Marta López ha cumplido con el papel más difícil de todos, hacer olvidar a la capitana Carmen Martín. Fija en el extremo derecho, la del HCM Ramnicu Valcea ha tirado de su experiencia internacional para percutir desde su posición cuando el centro se bloqueaba. Salvo en el encuentro ante Rusia, donde las extremos españolas se toparon una y otra vez con la guardameta, Marta ha sido fiable en el lanzamiento. El talento malagueño ha hecho menos dura la ausencia de la capitana.

El seleccionador, Carlos Viver

Si le preguntas a él te dirá que este resultado es coral, que las chicas se lo han ganado a pulso. Y no mentiría. Pero la final histórica tiene nombre y apellidos: Carlos Viver. El seleccionador español tomó el relevo de Jorge Dueñas tras una etapa gloriosa e inició el cambio generacional que tanto demandaban los resultados. Confió en las jóvenes como había hecho en Granollers, donde logró subir al equipo femenino a la máxima categoría estatal, configuró el programa Objetivo 2021 y se apoyó en los suyos. Porque a Japón ha viajado junto a Robert Cuesta, José Ignacio y Vicente Álamo, todos entrenadores en España. Suyo es el mérito que las Guerreras tengan una de las mejores defensas del planeta. Y que sepan adaptarse a cualquier juego para secar a rivales como hicieron en la semifinal.