La selección española de balonmano disputará por cuarta ocasión consecutiva las semifinales de un Europeo, tras derrotar ayer por 27-31 a Alemania, en un encuentro en el que el conjunto español volvió a recuperar el buen tono defensivo.

La irregularidad mostrada por España a lo largo de torneo hacía dudar sobre qué versión mostraría el conjunto español en el partido decisivo, si el convincente equipo que arrolló a la República Checa y Macedonia o el conjunto que no tuvo la menor opción ante Dinamarca y Eslovenia.

Una duda que España no logró resolver en el tramo inicial del encuentro, pues si bien la selección española logró mantenerse equilibrado el marcador (5-5), eso sí tras sufrir lo indecible en cada uno de sus ataques, en defensa no fue capaz de encontrar respuesta a los lanzamientos de los cañoneros germanos.

En especial, los de lateral izquierdo Julius Kuhn, uno de los verdugos del equipo español en la final del Europeo disputado hace dos años en Polonia, que firmó tres de los cinco primeros goles del equipo alemán.

Pero si Alemania pudo presumir de cañoneros, España demostró que cuenta con el mejor pivote ofensivo del Mundo, Julen Aguinagalde, que no sólo anotó dos tantos, sino que además forzó dos penaltis qeu permitieron al equipo español llegar en ventaja en el tanteador (6-7) al ecuador del primer tiempo.

Una ligerísima ventaja que permitió reforzar la moral de la defensa española, que pareció mostrar una versión más cercana a la mostrada ante checos y macedonios, que la endeble cara exhibida hace apenas veinticuatro horas ante Eslovenia.

Sin embargo, en el momento en el que España no pudo conectar con Aginagalde volvieron los problemas para el conjunto español, que vio como en un visto y no visto se diluyó la ventaja de hasta dos goles (6-8) de la que llegaron a disponer los "Hispanos".

Una circunstancia que llevó al seleccionador español a apostar por la entrada de un pivote más móvil como Adriá Figueras para seguir explotando la grieta encontrada en la muralla defensiva alemana en la línea de seis metros.

Pero la solución de los problemas del equipo español no llegaron con una mejoría ofensiva, sino con el nuevo paso adelante dado por la defensa, que subió un punto su intensidad con la entrada del portero Rodrigo Corrales por el lesionado Gonzalo Pérez de Vargas.

Las paradas de Corrales, que firmó dos intervenciones consecutivas nada más saltar a la pista, permitieron, por fin, correr al equipo español, la fórmula en la que España siempre ha cimentado sus éxitos, y que permitieron a los españoles retomar la ventaja (10-12) de dos goles.

Una diferencia que finalmente quedó reducida a tan solo un tanto (13-14) al llegar al descanso, tras la irrupción en el tramo final del primer tiempo de un Philipp Weber, que aprovechó como nadie los espacios dejados por la defensa 5-1 por la que apostó Jordi Ribera en el tramo final del primer período.

Apuesta que no se repitió al inicio de la segunda mitad en la que España confío en la pareja de centrales que conforman Viran Morros y Gedeón Guardiola, el pilar defensivo que ha permitido a la selección en las tres últimas ediciones del Europeo.

Con Morros y Guardiola al mando de las operaciones defensivas la selección española no sólo acabó con las penetraciones de Hafner, que tomó el relevo de Weber, sino que logró cortocircuitar por momentos el ataque alemán.

Hecho que la selección española para encadenar varias recuperaciones de balón consecutivas, que posibilitaron la escapada del equipo español (15-19) en el marcador.

Una escapada que Alemania trato de frenar atacando con siete jugadores, una fórmula que no pudo salir peor a los germanos, que encajaron tres goles consecutivos a puerta vacía, que dispararon hasta los siete goles (15-22) la ventaja del equipo español.

Pero un billete para las semifinales nunca es barato y menos cuando enfrente se encuentra toda una campeona continental como Alemania, que en un arrebato de coraje logró reducir los ocho goles de ventaja de los que llegó a gozar España a tan sólo cinco (21-26) a menos de nueve minutos para el final.

Un tiempo en el que España vivió de los tantos de Alex Dujshebaev y, sobre todo, de las paradas de Rodrigo Corrales, que con una espectacular parada a lanzamiento de seis metros del pivote Jannick Kohlbacher a poco más de cinco minutos para la conclusión acabó con las esperanzas de remontada germana.

De hecho, tras esa parada de Corrales, el conjunto español sabedor de su presencia en las semifinales se relajó por completo, lo que permitió a Alemania maquillar el marcador final (27-31) de un partido en el que España no dio ninguna opción a los alemanes.

Ficha técnica:

27 - Alemania: Wolff; Groetzki (2), Weinhold (-), Weber (4), Kuhn (4), Gensheimer (2, 1p) y Wiencek (2) -equipo inicial- Heinevetter (ps), Lemke (-), Reichmann (4), Pekeler (2), Fath (-), Hafner (5), Janke (-), Dahmke (-) y Kohlbacher (2)

31 - España: Pérez de Vargas; Solé (5p), Gurbindo (4), Gedeón Guardiola (-), Morros (-), Cañellas (-) y Valero Rivera (-) -equipo inicial- Corrales (ps), Balaguer (6), Alex Dujshebaev (5), Raúl Entrerríos (4), Sarmiento (2), Goñi (-), Ariño (1), Aginagalde (4) y Figueras (-)

Marcador cada cinco minutos: 1-1, 5-3, 6-7, 8-8, 10-12 y 13-14 (Descasnso) 15-16, 15-18, 15-23, 19-26, 23-29 y 27-31 (Final)

Árbitros: Pichon y Reveret (FRA). Excluyeron por dos minutos a Gensheimer y Weinhold por Alemania; y a Gurbindo por España.

Incidencias: Encuentro correspondiente a la cuarta y última jornada del grupo II del Europeo de Croacia 2018 disputado en el Varazdin Arena ente unos 1.300 espectadores.