El discurso de Robert Moreno hace poco más de una semana hablaba de pleno de victorias, fue un acto de ambición, en medio de una dinámica positiva, que se ha topado de frente con la realidad. Dos empates, en Noruega y en Suecia, y una clasificación agónica después, la España de Robert Moreno afronta ahora el reto terminar la fase con dos triunfos que le permitan ser cabeza de ser cabeza de serie en el gran acontecimiento, una Eurocopa a la que la selección llega lejos del favoritismo.

Da no queda casi nada de la generación de los grandes éxitos y, después de tres fracasos estrepitosos en Brasil, Francia y Rusia; el primer trabajo es el de asentar un bloque aún blando y maleable, con posibilidades de crecer en ataque, con un preocupante déficit en defensa y con una duda constante en el centro del campo.

ALEGRÍA PLENA

Estamos muy contentos. Clasificarnos libera muchas tensiones y dudas, así podemos trabajar más cómodos, reconoció el seleccionador tras el partido, entre agradecimientos más propios de un triunfo trascendental. La alegría de Robert Moreno está justificada por la clasificación y por el gol en el descuento, pero el equipo todavía no aguanta una mirada más prolongada, un análisis más profundo.

Noruega dejó tocado a Busquets y Suecia hundido a Rodrigo Hernández. El ataque, casi en pleno, sale cuestionado de los dos partidos más duros del grupo de clasificación. Con Rodrigo Moreno, el único intocable, con problemas físicos (Aspas y Morata estaban en casa); el experimento de Oyarzabal como delantero salió mal, dos veces, las mismas que, tanto el jugador de la Real Sociedad como Ceballos, desaparecieron del partido con el paso de los minutos.

LOS REFORZADOS

Los grandes respaldados del viaje a Escandinavia son De Gea y Albiol. El portero cuajó una gran actuación y parece de vuelta a una rotación experimental que, por el momento, ha aparcado sus malas actuaciones con la selección. La experiencia del central del Villarreal, que ha brillado con y sin Ramos, le han colocado como el primer acompañante del capitán en otra carrera muy cambiante. Creo que es bueno para la competencia que no siempre vengan los mismos jugadores, insistía Moreno.

El último en asentarse en el puesto de interior es Fabián. El del Nápoles destacó y fue aupado a los altares de heredero del nuevo estilo de juego de la selección; un puesto por el que ya pasaron el retornado Saúl, Parejo, Canales, Cazorla o Thiago; solo en el último tiempo.