La selección española femenina de hockey sobre patines se ha proclamado este domingo campeona del mundo por séptima ocasión en su historia tras superar a Argentina en una espectacular final con 13 goles (5-8), en partido disputado en el Palau Blaugrana de Barcelona, en el marco de los World Roller Games (WRG). En la final de consolación masculina, España no ha tenido problemas para hacerse con el bronce contra Francia (0-5).

En la final femenina, España y Argentina desplegaron durante los 50 minutos de juego un hockey de alto nivel, agresivo, vertical y con constantes ataques hasta las dos áreas, lo que permitió ver muchas alternativas en el juego y el control del partido, con un gran desgaste físico de las mejores jugadoras de este deporte en el mundo.

España logró ir siempre por delante en el partido, pero Argentina llegó a empatar hasta en tres ocasiones, llegando al descanso con una tímida ventaja de la Roja por 2-3, pero que fue contestada en seguida por las albicelestes poco después del intermedio.

SANJURJO, DETERMINANTE

Con Luciana Agudo como mejor jugadora sobre la pista por las argentinas, autora de tres goles, y con Laura Puigdueta con una conducción del juego excelente en España, la segunda parte fue un espectáculo, hasta que ambos equipos se llenaron de faltas y llegaron a la novena, por lo que la final se podría decidir a bola parada.

Y así fue, con la gallega María Sanjurjo, que Ricardo Ares sacó a la pista por primera vez en todo el partido sólo para ejecutar, con precisión, la falta directa producto de la décima falta de las argentinas, gol que fue determinante para la victoria final.

España logra así la medalla de oro de los WRG de Barcelona, revalidando el título que ya logró en la primera edición de los juegos en Naijing (China) en 2017, y que intentará repetir en 2021 en San Juan (Argentina).

BRONCE PLÁCIDO

El partido por el bronce masculino ha sido un duelo sin apenas historia, más desequilibrado de lo previsto y para nada similar al de la primera fase, cuando ambas selecciones se vieron las caras y la victoria de España fue más trabajada, pues en esta ocasión la medalla se decidió en el primer tiempo, en el que la Roja terminó marcando cuatro goles decisivos.

Casi sin faltas -no se llegó a la décima, sin ver ni una sola falta directa- el encuentro transcurrió rápido, en especial cuando Francia, sin Roberto di Benedetto, lesionado, y su hermano Carlo con serias dificultades físicas, fue de menos a más y prácticamente tiró la toalla en el segundo tiempo.

España, sin el sancionado Ferran Font, fue se adueñó del esférico en el último tramo del encuentro dejando pasar los minutos, sin demasiada oposición por los galos, hasta que se llegó al final, con una medalla que sabe a decepción tras la eliminación por Portugal en la semifinales.