Una nueva -pero atípica- temporada está a la vuelta de la esquina en la División de Honor Plata. El único representante de la provincia será en esta ocasión el Cajasur Córdoba de Balonmano que dirige Jesús Escribano (Palma del Río, 05-03-1978). El técnico, convencido de las posibilidades de su plantel, no busca ninguna excusa provocada por el covid-19 y simplemente se centra en competir contra el resto de escuadras. Porque al cordobés, pese a que el objetivo primordial se focaliza en la salvación, también contempla dar más de un quebradero de cabeza a sus rivales en los próximos meses.

-Va a afrontar su séptima campaña consecutiva siendo el técnico del primer equipo. ¿Qué sensaciones le ofrece ese dato?

-Puedo llevar unas 27 en el club desde que empecé como jugador de la base. Luego pasé al senior y de ahí a entrenar en la base hasta que llegué a ser el míster. No me había parado a pensar que era la séptima seguida, pero ahora veo que está cerca el momento de dirigir a los alevinos. Al final es una cosa más, como parte de mi familia, y siempre lo afrontas con ilusión, más si cabe con un grupo tan trabajador.

-¿Cómo ve al equipo ante el debut liguero frente a Málaga?

-Ahora mismo tenemos el problema de los jugadores chilenos que no acaban de venir (Vicente González y Dani Ayala) y eran parte importante del bloque. Pese a ello, no me gustaría que fuera excusa para no rendir al máximo nivel. Málaga, nuestro primer rival que recibimos en Vista Alegre, tiene que estar en nuestra línea y hay que dejar los puntos en Córdoba.

-¿Hasta qué punto ha dejado huella el covid-19 en la preparación?

-Evidentemente influye, pero es una situación que afecta a todos los clubs y estamos igual. La mala suerte es que habíamos hecho unos refuerzos importantes tanto en la portería como en el lateral derecho. Se nos cayó Domingo porque pagaron la cláusula y lo perdimos y, sobre todo, la baja de Ayala es un hándicap que nos deja un poco corta la zona diestra. Se nota en el trabajo diario, los jugadores siempre son los mismos repitiendo en los ejercicios y eso tiene relevancia.

-¿De qué forma se llevó a cabo la actividad en esos meses de estado de alarma?

-Durante el confinamiento les mandábamos trabajo, aunque cada uno estaba en su casa y el control era complicado porque muchos no estaban en la ciudad. Lo que sí es cierto es que son personas que, en general, les gusta el deporte. El que no iba a correr hacía submarinismo o a nadar. Salvo los más veteranos, el resto están acostumbrados y el covid-19 no ha afectado en el desarrollo, al menos por el momento.

-¿Llegó a temer por una suspensión mayor de la actividad competitiva?

-Lo tememos porque somos deportistas y queremos competir, pero no le damos más vueltas. Es una circunstancia que puede pasar, lo asumimos y si se para, pues pararemos todos. Habrá que tomarlo con buena actitud y superarlo. No se le puede estar dando tantas vueltas al tema del coronavirus.

-¿En qué se ha resentido la entidad a nivel institucional?

-Para el club, a nivel patrocinio, es un problema. Hay empresas que están temerosas, algunas ya con trabas propias, y eso a la hora de conseguir recursos se nota. Y en el momento de organizar lo que es la cantera es ya un problemón. Las escuelas no están funcionando, por lo que los equipos alevines no disponen del suministro de niños, por llamarlo de alguna manera. Tanto chicos como chicas, desde que empezamos el 1 de septiembre, están entrenando sin contacto.

-Más allá de lo generado por el coronavirus, resulta cuanto menos curioso que también existieran impedimentos por el tiempo a pesar de entrenar en un pabellón como el de Fátima.

-Es complicado planificar. Si llegas y está mojado, lo cortas, pero los jugadores se pueden lesionar. El riesgo es altísimo y sobre todo en los senior. Un chaval es más complicado que tenga una rotura muscular, pero alguien que ha estado durante cuatro semanas haciendo triples sesiones, tiene más riesgo. La circunstancia es que te pones a hacer la planificación de la semana y no es de recibo que un equipo de División de Honor Plata deba estar pendiente de la lluvia por los agujeros del techo.

-¿Y cómo se la apaña un club para llevar a cabo las sesiones de trabajo así?

-Directamente no entrenábamos. Nos íbamos y lo que se tenía pensado trabajar ese día intentábamos meterlo para otro. Pero claro, tú haces una pretemporada marcándote unas sesiones y objetivos para llegar a ello. Si te quitan entrenos, evidentemente es más complicado alcanzarlo.

-Así pues, ¿qué valoración sacaría de la pretemporada?

-Sinceramente ha sido positiva. Es un grupo muy trabajador y te vas satisfecho. Era una pretemporada complicada porque estábamos metiendo muchas cosas nuevas. Llevamos dos años con el mismos bloque y este curso hemos querido adaptar el modelo de juego a alguno de los fichajes. No puedo negar que teníamos un poco de duda sobre esa adaptación, pero ha sido perfecta. Después sí hemos tenido problemas para organizar partidos precisamente por el covid-19 y los test. Venimos cortos de participación en pista aunque bien preparados para el encuentro del sábado.

-¿Qué destacaría de la plantilla que entrena?

-La capacidad de trabajo y el ambiente. No hay ninguna nota discordante. Cada uno tiene sus particularidades como es normal en un grupo grande de jugadores, pero a la hora de trabajar van todos a una. El ambiente es bueno, no hay nadie que genere problemas. Eso te hace aprovechar el tiempo porque no tienes que solventar historias de otra índole que no sea el deportivo y eso ayuda a que el equipo mejore.

-¿Y en qué debe mejorar?

-Pues necesitamos mejorar la concentración y ser regulares. Eso creo que nos lo va a otorgar la propia competición y el desarrollo de la misma.

-Exigente curso el que espera por delante. ¿Cuál sería el objetivo principal?

-Este año la sociedad tiene que intentar quedarse como está en Plata. Si el equipo actúa acorde a sus posibilidades, pues se puede aspirar a un poquito más como intentar estar entre los cinco primeros o dar un susto a los que peleen por el ascenso. En principio, el objetivo institucional tiene que ser mantener la categoría y rearmarnos para el futuro.

-En esta ocasión serán el único representante tras la ausencia del ARS Palma del Río por motivos económicos. ¿Qué supone este hecho?

-Entre los dos clubs hay mucha rivalidad, pero es una pena enorme. Era un viaje corto que se agradece. Además, son semanas de la Liga donde los medios de comunicación estaban muy pendientes y los jugadores se encontraban muy metidos. Es una lástima que Palma del Río no esté en la competición y ojalá Pozoblanco también volviera a Plata. Es lo que hay y esperemos que retornen pronto a esta división o incluso más arriba.

-¿Qué le parece el sistema de competición por grupos?

-La verdad, me gustaría todos contra todos, aunque con el gran número de equipos que estamos se hace inviable. Sería un coste y una duración que no se puede asumir.

-Hay equipos muy potentes como Torrelavega o Antequera que parten con la vitola de favoritos. ¿Cuáles serán los rivales del Córdoba?

-Todos menos esos dos. Desde el 20 al 18 todos lo son. Los equipos tienen capacidad para ganar al resto en la División de Honor Plata. Torrelavega y Antequera parten como favoritos y el resto estamos muy igualados.

-¿Un deseo para este curso?

-Que empecemos y acabemos con salud.