Líder en la Liga con tres puntos de ventaja, campeón de la Supercopa de España y vivo en los octavos de la Champions y la Copa. Todo ello con una racha de seis victorias y un empate en los siete últimos partidos. «Estamos en la dinámica que queríamos», afirma Ernesto Valverde, reconociendo implícitamente que no tiene ningún motivo de queja a media temporada.

Valverde está contento al echar la vista atrás y se siente optimista si mira hacia adelante. Prefiere no establecer comparaciones teniendo un perfil de plantilla algo distinto, porque entiende que es muy difícil que el equipo repita una Liga como la pasada, cuando sacó una ventaja a la postre definitiva en la primera vuelta. El entrenador del Barça mantiene intacta la confianza en saldar con éxito la temporada porque los pilares del equipo responden. La Liga de Campeones es el gran reto, señalado el primer día por Leo Messi, que se trazó el objetivo de volver a pasear por el Camp Nou «esa copa tan linda».

PERDER SIN SABER CÓMO

«No tengo ninguna asignatura pendiente con la Champions, sino que es una ilusión. Este año, el siguiente y el siguiente; las ilusiones se renuevan y las experiencias adquiridas te sirven para el futuro, sin que eso sea una garantía de que vas a ganarla», explica Valverde aludiendo al mayor disgusto del año pasado.

El técnico no cree que Messi esté obsesionado con la Champions. «Lo que nos ha quedado es que es una competición en la que a veces pierdes un partido sin saber cómo», analiza el técnico en una entrevista concedida a Barça TV. Valverde, que se confiesa extrañado de que se le tenga por una persona tranquila, ya que se considera «un tipo nervioso que siempre quiere hacer cosas, a veces impaciente». Y detecta que la motivación del líder es máxima. «Lo que destacaría de Messi es el grado de responsabilidad que siente por el equipo. Es un competidor nato, no he visto uno igual. Siempre quiere estar, y eso no es fácil porque exige una gran fuerza mental», destaca Valverde, cansado por otro lado, de ir descubriendo facetas futbolísticas nuevas provocadas por el capitán. Entre ellas, «que se tire un jugador al suelo en la barrera» cuando Leo lanza una falta.

LOS RETRASOS DE OUSMANE

Al lado de Messi sigue Luis Suárez, arrastrando unas molestias en la rodilla sin que eso merme su rendimiento. Y al otro lado emerge la figura de Ousmane Dembélé, a quien Valverde defiende a capa y espada desde el primer día y de quien valora en altísimo grado su calidad futbolística. «Lo que hace falta en un equipo son regateadores, tipos que se enfrenten al contrario y este no sepa si saldrá por la izquierda o la derecha. Luego te sorprenden otras cosas -bromea Valverde sobre los retrasos del extremo a los entrenamientos- pero en el paquete va todo junto», analiza el técnico culé. "El fútbol no es solo un juego de pases: llega un momento en que alguien tiene que retar a un contrario, regatearle, hacer un caño...".

El extremo francés ha firmado grandes actuaciones tras un primer año lastrado por las lesiones. No es un fichaje, pero casi. Entre los nuevos, el técnico eleva a la categoría de "indispensable" la aportación del central francés Lenglet por su rendimiento ante las lesiones de Umtiti y Vermaelen. A Arthur le ve adaptado, y a Malcom le augura futuro, castigado en el presente por las lesiones. Pero el chileno Arturo Vidal le tiene completamente ganado. Como el año pasado Paulinho.

"Son jugadores fuertes, competidores, que dan rendimiento porque van a actuar igual ante el Madrid que ante la Cultural Leonesa. Son jugadores que queremos los entrenadores, de gran fiabilidad y porque tienen características diferentes a los demás: gente que vaya hacia adelante en la presión, que dispute de cabeza, que arrastre al equipo, que empuje con su entusiasmo...", expone Valverde, asumiendo que esos futbolistas no seduzcan a algunos sectores del barcelonismo.

LOS MEJORES PARTIDOS

El entrenador admite que el estilo del Barça está muy marcado y no pretende cambiarlo, aunque el dibujo pueda retorcarse, como en el campo del Levante, donde alineó a tres centrales con dos carrileros (Dembélé y Alba) en las bandas para adaptarse a la baja de Semedo a última hora. En realidad, el dibujo se ha retocado respecto al del año pasado, con la entrada de Dembélé y la posición de Messi, más centrada.

Con tres defensas goleó al Levante (0-5) y con cuatro vapuleó al Madrid (5-1). Y sin Messi. Uno de los mejores partidos de la temporada, a juicio del técnico, que también cita el 0-4 al Espanyol ("el año pasado no ganamos ninguno de los dos partidos allí"). O el 2-4 en el campo del Tottenham. "Fue importante porque veníamos de tres sin ganar, ante el Girona, Leganés y Athletic, y nos enfrentábamos, fuera de casa, a uno de los rivales más difíciles del grupo". También ha habido malas actuaciones. Valverde apunta a la derrota en Leganés -"era un partido que teníamos controlado"- y la sufrida ante el Betis (3-4) en el Camp Nou. "Estuvimos flojos a todos los niveles".

El 2018 deja a Valverde con la pérdida de Iniesta -"Hay maneras de despedirse, yo hubiese soñado una final como la que hizo Andrés", refiriéndose a la de la Copa del Rey ante el Sevilla- y la llegada del VAR. La considera positiva, aunque con matices. No le gusta la pérdida de tiempo. "El día del Espanyol el árbitro tardó tres minutos en anular el gol; al final te dan ganas de que lo dé y sigamos jugando", sostenía gráficamente, introduciendo un elemento para la reflexión: igual el VAR es una consecuencia de nuestra actitud. "Si todo el mundo aceptara los errores, los del árbitro, como los nuestros, no haría falta. Pero como parece que la sangre va a correr por todas partes cuando te pitan un penalti..."