No van a tener, Carrión ni el Córdoba, una semana de tranquilidad en lo que a bajas se refiere. Sabido es que Domingo Cisma dijo adiós a la competición hasta el próximo año, pero las noticias, también negativas, no cesan de aparecer en torno a la enfermería blanquiverde.

Comenzando por las buenas nuevas para el preparador cordobesista, Federico Piovaccari y Carlos Caballero podrían estar disponibles para entrar en la lista de convocados para el encuentro del domingo en el Coliseum Alfonso Pérez Muñoz.

El italiano cayó lesionado a primeros de abril en la victoria blanquiverde en El Arcángel ante el Elche. El plazo que se marcaron los servicios médicos del club fue el de cinco semanas. Y si finalmente entra en la lista que dé mañana Carrión para Getafe habrán logrado adelantar el regreso del delantero transalpino en una semana, como mínimo. Además, el caso de Piovaccari resulta especialmente destacado, ya que con la configuración de plantilla realizada el pasado verano junto a su lesión, quedó el equipo con un solo delantero, Rodri Ríos, que pasa además por una sequía goleadora. Así, y a expensas del entreno de hoy y el último semanal de mañana, la entrada de Piovaccari en la relación se antoja más que previsible.

Otro que vuelve al trabajo en activo es Carlos Caballero, que también tiene el alta médica y entrará en la lista en función de los planes del entrenador, ya que ya lleva unos días entrenando con normalidad y está en disposición de viajar siempre que Carrión lo estime conveniente. El madrileño lleva ausente nueve jornadas, debido a «una lesión grado II-III de la unión miotendinosa del semitendinoso de la pierna izquierda», tal y como informó la entidad blanquiverde en su momento. Esta semana ha realizado entrenamiento con normalidad y ya la semana pasada aumentó el ritmo en sus sesiones con Javi Poveda.

En lo que se refiere a las malas noticias, que siempre las hay en los asuntos médicos de este Córdoba 2016/17, el club anunció ayer que Héctor Rodas padece una «lesión en el tendón rotuliano de su rodilla izquierda. Pendiente de evolución». El central no había entrenado esta semana tras el encuentro ante el Mirandés y esta lesión en el rotuliano le descarta para el encuentro del domingo en Getafe y, posiblemente, para al menos dos semanas más. En cualquier caso, Carrión no debería tener excesivos problemas para su relevo, ya que tanto Caro como Luso han actuado como centrales. También tiene a Jonathan Bijimine, aunque el congoleño tendrá complicado volver a jugar después de lo ocurrido el pasado mes de febrero en Las Quemadas. De hecho, desde entonces no ha jugado ni un minuto, ya que aquel incidente no era sino la gota que colmaba un vaso que ya se encontraba a punto de rebosar por hechos acontecidos en los meses anteriores. Pero con el regreso de Antoñito tras su sanción, Carrión tiene las dos opciones anteriormente mencionadas para relevar al central valenciano en Getafe y en las siguientes jornadas. Eso sí, poco margen más le quedaría a Carrión en caso de un nuevo contratiempo. Y es que los problemas médicos, combinados con una deficiente composición de plantilla han afectado a un equipo que ya de por sí no iba sobrado ni de efectivos ni de calidad, algo que se vio ya antes del inicio de la temporada.

Finalmente, la peor noticia, posiblemente, para el técnico blanquiverde. Pawel Kieszek es seria duda para el encuentro en el Coliseum Alfonso Pérez. El polaco recibió un golpe en la mano el pasado miércoles tras el que la zona más afectada era el pulgar. El polaco entrenó ayer, pero solo tocando balón con el pie, ya que tiene parte de la mano inflamada y aún se queja de dolores. Carrión deberá apurar hasta mañana, aunque las previsiones sobre su participación en el encuentro son pesimistas. Su ausencia sí sería una baja sensible, ya que el portero blanquiverde fue el protagonista en el empate logrado en Mallorca y también en el punto obtenido ante el colista, que bien pudo lograr la victoria en El Arcángel. No lo hizo, entre otros motivos, porque Kieszek salvó una clara ocasión de gol en los minutos finales. Por lo tanto, los que entran por los que salen. Pero en la enfermería del Córdoba continúa el trasiego.