La trascendencia del fichaje de Endika Bordas no se comprobó en la palabrería habitual de cualquier presentación, en la que se regala el oído al recién llegado, sino en los hechos. Porque ayer por la tarde, pocas horas después de ponerlo en el escaparate de los medios, Pepe Escalante, que es quien decide y manda sobre el terreno de juego, lo colocó entre los teóricos titulares para el partido de este domingo en casa. Hechos, y no palabras.

El Córdoba catalogó ayer como estrella el fichaje del pivote Endika Bordas: segundo y último del mercado invernal. El secretario técnico, Emilio Vega, dijo en tono regio que era motivo "de orgullo y satisfacción" el acuerdo, por lo mucho que les había costado. Y negó acto seguido que hubiera supuesto un desajuste económico en los presupuestos, hecho que fue corroborado por fuentes del club que informaron a este periódico de que de los cerca de 102.000 euros ahorrados con las cesiones de Hugo Pina y Verza, han sobrado alrededor de 18.000 tras pagar a Endika (unos 54.000) y Nano (30.000) por esta temporada. Pero no se cuenta lo que costará la marcha de Fredrick. Y es que el gran damnificado en la operación ha pasado a ser el futbolista sueco. A pesar de que se dijo en su día que primero habría una salida, el Córdoba primero fichó y después suspendió la licencia federativa de su jugador, eso sí, respetando su contrato para evitarse una denuncia ante la AFE y más problemas para el domingo. Porque las intenciones de Escalante están muy claras para el partido con el Linares.

Antes de decidirse, el técnico escuchó de Endika lo que quería oír: "Vengo rodado". Y listo.

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