El Córdoba volvió a hacerlo y apeló a la cuarta enmienda. El conjunto de Ferrer se ha convertido en un sinapismo como visitante. Un equipo incómodo, que te enseña los dientes continuamente para meterte el miedo en el cuerpo y que a la mínima que te despistas te asesta una dentellada para, posteriormente, transformarse en un bloque pegajoso y trabajador a destajo buscando cortocircuitar cualquier atisbo de recuperación del rival. Lo más parecido a un chapapote futbolístico. Un coñazo, vamos. Y, sobre todo, efectivo. Empeñando la calidad para ponerse por delante en el marcador (¿en cuántos partidos se ha puesto por delante?), esperando para comprobar si puede arrear un segundo mordisco y, en caso de no poder ser así (los rivales juegan, y el de ayer tuvo fútbol), arriar velas, colocarse en la puerta de la cueva y hacerse fuerte. La forma, el juego y sobre todo los números le dan la razón.

Y, como decíamos, el Córdoba volvió a hacerlo. Ante un rival directo como el Tenerife, el equipo de Ferrer arrancó ayer con la novedad de los hermanos Cruz en el centro de la defensa y el regreso, notorio por el nombre y por lo que aportó, de Xisco. En un estadio con mucho ambiente (en el Heliodoro el fútbol se vive muy intensamente), los cordobesistas aguantaron el primer arreón de los chicharreros, con un Suso especialmente activo.

Pero el Córdoba no se arredró, ni mucho menos. Montados en la habilidad de López Silva y la velocidad entre líneas de Uli Dávila, los de Ferrer comenzaron a aparecer por el área de Roberto con más frecuencia de la que hubiera deseado Alvaro Cervera. De hecho, las mejores ocasiones en ese primer acto fueron de los visitantes, incluido el gol de LOpez Silva tras una buena asistencia del mexicano.

Los locales acusaron el golpe y el Córdoba continuaba acumulando ocasiones. Mientras que el Tenerife rondaba el área con ese peligro que marca el runrún de la grada pero que abajo, en el césped, no es tanto, los blanquiverdes se asomaban con la pistola en la mano. A un disparo al lateral de Aridane respondía el conjunto blanquiverde con ocasiones de Xisco, Uli Dávila y López Silva, así como un intento de gol olímpico por parte de Abel Gómez y una arrancada de Luso que debió finalizar en gol.

En la segunda parte el Tenerife empezó apretando para empatar al menos el encuentro, con un balón al palo de Ayoze incluido. Poco después de esa gran ocasión, la perla tinerfeñista cambió de banda, Suso lo intentó más hacia el centro y Ferrer movió ficha. A media hora del final veía que los suyos daban para aguantar el asunto, pero no para llegar por los dominios de Roberto como en la primera parte. Y aunque el balón estaba en posesión de los locales, las ocasiones brillaban por su ausencia. Alvaro Cervera (que se dejó el tercer cambio en la recámara) introdujo al exblanquiverde Juanjo y, en parte, le hizo un favor a Ferrer. Balones frontales continuamente, aspecto que sí que dominan los hermanos Cruz. Y con mucho querer pero poco producir por parte del Tenerife se acabó el encuentro entre el júbilo de los jugadores cordobesistas, abrazados en el campo, como hace un par de semanas en el Mini Estadi. Todos sabían que con este triunfo, ante un rival directo, dormían esta jornada en puestos de play-off y corroboraban con un encuentro inteligente, pleno de esfuerzo y solidaridad algo que ya han demostrado anteriormente, también en El Arcángel. Ellos siguen ilusionados.

Estadio: Heliodoro Rodríguez López

Asistencia: 13.702 espectadores. Se recordó el 21 aniversario del fallecimiento de Rommel Fernández

Terreno de juego: Perfecto

TENERIFE: (13) Roberto, (17) Javi Moyano, (3) Bruno, (5) Carlos Ruiz, (23) Raúl Cámara, (16) Aitor Sanz, (18) Ricardo León, (10) Suso, (9) Aridane, (11) Luismi Loro y (26) Ayoze Pérez.

Cambios: (29) Nano por Luismi Loro en el 66', (20) Juanjo por Javi Moyano en el 79'.

CÓRDOBA: (1) Juan Carlos, (17) Gunino, (27) Bernardo, (5) Fran Cruz, (29) Dani Pinillos, (15) Pedro, (6) Luso, (23) Abel Gómez, (19) López Silva, (10) Uli Dávila y (9) Xisco.

Cambios: (22) López Garai por Uli Dávila en el 60', (33) Campabadal por López Silva en el 67' y (24) Pelayo por Xisco en el 80'.

EL GOL

0-1 (17') Gran pase interior de Uli Dávila a López Silva quien, en carrera, deja que Roberto se venza en su salida para cruzarle con una rosca perfecta.

EL ÁRBITRO

Arcediano Monescillo (C. Castellano manchego)

Amonestó a los locales Javi Moyano (61'), Suso (83'), Bruno (89') y Raúl Cámara (89'), mientras que por parte cordobesista vieron la amarilla Pedro (32'), Gunino (57'), Juan Carlos (59') y Pelayo (89').