Estaba claro el golpe que buscaba el Córdoba con el regreso de José Ramón Sandoval después de todo lo ocurrido con el límite salarial deportivo, con Luis Oliver, con LaLiga, con el propio Francisco... En una situación de emergencia, similar a la de febrero, el club volvió a recurrir al de Humanes, que ya en su presentación mandó mensajes que bien hubieran valido hace seis meses. Fiel a su estilo, Sandoval dice no querer hablar de límite salarial, de los jugadores que no hay, de lo ocurrido en el reciente pasado. Sólo vale una mirada positiva a todo y pensar exclusivamente en ganar.

Así se presentó en su redebut en Cartaya. El equipo transmitió mejores sensaciones que en su anterior compromiso, recordó en algún detalle al equipo que logró la salvación, pero faltaba, lógicamente, veneno arriba. Y salió Andres Martín Andresito. Miembros de la expedición recreativista quedaron maravillados con el juvenil y para ellos fue «el que revolucionó el partido. Sin él, la cosa estaba equilibrada». El de Aguadulce robó el protagonismo a Sandoval y si llamó la atención entre los recreativistas, entre los cordobesistas, tiesos de nuevos nombres a causa del límite salarial, se dispararon las ilusiones. Así está el verano en blanco y verde, en el que no pocos veían al joven delantero debutando en el profesionalismo el sábado 18 contra el Numancia. Pero no podrá ser. Andrés Martín tiene un partido de sanción después de los incidentes del último encuentro de la Liga regular en Segunda B, la pasada temporada, contra el Mérida. Los mismos que le costaron cuatro partidos a Alberto Quiles y otro más a Marcos Lavín.

Más allá de lo que quiera o pueda utilizarlo Sandoval, en el primer duelo liguero no estará el delantero. Para ello, el de Humanes tendrá que inventarse la delantera o colocar como falso nueve, de nuevo, a Sasa Jovanovic.

Mientras tanto, la dirección deportiva peina el mercado de jugadores por debajo de los 23 años, posiblemente, aquel «plan C» del que habló Rafa Berges en la rueda de prensa de presentación de Sandoval, traído por el Córdoba una vez más para subirse a su efecto, aquel que llevó a la salvación y que quedó eclipsado en Cartaya por Andresito.