Tantos meses, desde el verano del 2015, jugando con fuego han conducido al Córdoba a su actual situación. A disputarse un encuentro contra el Huesca al filo de la navaja, a cara o cruz, un partido que puede suponer un golpe de difícil recuperación. Da la sensación de que en caso de ganar hoy, el Córdoba no tendrá nada hecho. Y, sin embargo, en caso de caer derrotado, sí que tendrá, por desgracia, casi todo claro. Oscuro, más bien. Todo parece en contra de los blanquiverdes. La gestión realizada en el club, los cuatro últimos mercados, dos de verano y dos de invierno, el hastío de sus seguidores, las lesiones, los asuntos extradeportivos de algún que otro jugador y hasta la climatología, que prevé para hoy lluvia y viento para la hora de inicio del encuentro.

Antes, a las 11 de la mañana, parte de la afición se concentrará en la puerta cero de El Arcángel como acto de protesta por la gestión del club, por no entender cómo un club como el Lugo, con ocho millones de euros, esté en eliminatorias de ascenso u otro como el Huesca que visita hoy El Arcángel, lo haga con dos puntos más que los blanquiverdes con 7,5 millones de euros de ingresos, mientras que el de los blanquiverdes se va casi a los 17 millones. Todo eso será para la previa y el tiempo que resta hasta el verano, como mínimo.

Lo inmediato es el partido que tienen los hombres de Carrión, un torito nada fácil de lidiar cuando el calendario dice que el último triunfo del Córdoba en casa data del 24 de septiembre y fue ante el colista. Unas estadísticas que provocan aún más vértigo cuando se ve que el conjunto blanquiverde sólo ha logrado dos triunfos en las últimas 16 jornadas y que los problemas para hacer gol se han añadido a los defensivos que se padecían ya en la pasada campaña y no se les puso ningún remedio.

Carrión ha tenido que pasar página con el caso Bijimine y podrá contar con Javi Lara e incluso con Rodri, que entrenó ayer sin excesivos problemas. Otra cosa es que ambos estén para actuar en el once titular. Además, el catalán reconoció que preferirá esperar al once que ponga en liza Anquela para tomar la última decisión, quizás esperando que el que fuera jugador blanquiverde vuelva a alinear una defensa de tres centrales y dos carrilleros como en los dos últimos encuentros ligueros, algo altamente improbable por las bajas con las que llega.

Así, lo más lógico es que Carrión no varíe mucho el once titular que dispuso en Lugo, salvo por los detalles de la disponibilidad física de algunos de sus jugadores o, también, por la duda que plantea el debut de Bíttolo, que entraría en lugar de Domingo Cisma en el lateral zurdo.

No estuvo mal Markovic en la mediapunta, aunque el problema del serbio es la falta de fuelle, ya que se encuentra, prácticamente, en su pretemporada, aunque está claro que al menos ocho jugadores parecen fijos para Carrión. Lo demás, serán ajustes en función del rival o de la capacidad física de algunos de sus futbolistas.

Enfrente, un Huesca que no llega mucho mejor que el Córdoba. Los azulgranas llevan seis jornadas sin ganar y anotaron sus primeros goles en el 2017 la pasada jornada, aunque no les valieron para ganar al Zaragoza en El Alcoraz. La ausencia de Brezancic en el carrilero zurdo y la inclusión probable de Soriano en su lugar podría decidir a Anquela por dejar una línea de cuatro atrás, en la que el exblanquiverde Íñigo López le disputa un puesto a Jair. El doble pivote estará ocupado probablemente por Aguilera y Sastre, aunque Camacho va recuperando tiempo tras sus problemas físicos para hacerse un hueco en la medular a sus 36 años. Arriba, Borja Lázaro o Vinicius Araújo en punta y Vadillo por la izquierda serían los hombres más destacados, ya que Samu Sáiz esperará su oportunidad desde el banquillo. Un rival temible porque el partido se jugará al borde del abismo.