Incluso para las mentes más imaginativas, era complicado concebir el nuevo proyecto de Zidane en el Madrid sin la presencia de Sergio Ramos, baluarte del equipo blanco y capitán, sobre todo frente a las alternativas que se presentan. Eso era hasta ahora.

Después de perderse los últimos ocho partidos de La Liga, Ramos está de vacaciones, antes de acudir el lunes a la llamada de la selección española, pero no le ha hecho falta ni estar en España para desatar otra tormenta en el incipiente verano del Real Madrid.

Entre informaciones surgidas del entorno del jugador y de la cúpula del club, un día mas de mayo se convirtió en el primero de otro verano ajetreado para Sergio Ramos, otro en el que ha empezado a coquetear con la posibilidad de salir del Madrid, una idea que no es nueva, el verano de 2015 estuvo cerca de salir con destino a Manchester, pero que entonces terminó con una mejora de contrato que le dejó en un sueldo de más de 12 millones por temporada. Con todo, alguna vez, entre tanto aviso, el lobo terminará alcanzando desprevenido al rebaño.

Desgaste

Una vaga información de La Sexta, en la que aseguró que gente más o menos cercana al jugador percibía en él un cierto hastío o desgaste, ha abierto la puerta a un montón de motivos de un adiós que todo el mundo parecía tener preparados: desde un empeoramiento dramático de la relación con Florentino Pérez hasta su actuación en la temporada, pasando por su prolongada ausencia en el último tramo de temporada y escenificados en una reunión con el presidente, que tuvo lugar hace dos semanas, y en la que Ramos ya habría transmitido sus preocupaciones al club, según publica Marca.

Distanciado de todo, que no ajeno, Ramos sigue mostrando sus entrenamientos con mancuernas improvisadas en las redes sociales y, después del huracán, reaccionó a un vídeo-entrevista sobre su gol en la final de la décima Copa de Europa: “Un gol anotado con el alma, el alma de todo el madridismo”, escribió Ramos en Twitter. “La Décima a fuego. Madridismo en la piel”, escribió en Instagram junto a una imagen de uno de sus tatuajes.

En el trasfondo de todo asoma la desastrosa temporada del equipo blanco, culminada con sala eliminación de la Champions en el Bernabéu a manos del Ajax, en la que Ramos no jugó,ncionado tras forzar una amarilla en el partido de ida, cuando pensó que la eliminatoria ya estaba resuelta. En la resaca salió a la luz un enfrentamiento con el presidente que ahora reverdece como otra china al zapato.

En la lista de pretendientes no hay novedades, desde los grandes de Europa en apuros, el frustrado con la Champions PSG y el contrariado con el fútbol Manchester United, hasta la Juventus de Cristiano Ronaldo, pasando por la opción de un retiro dorado y bien remunerado en Asia o América. En cualquier caso, la cláusula de rescisión de 800 millones de euros del central, con contrato hasta 2021, supedita cualquier operación a un acuerdo entre el jugador y el club, al estilo del que permitió la salida del delantero portugués con destino a Italia.

Voz discordante

La tentativa de Ramos de abandonar el Madrid es la primera en ese sentido del verano blanco, en el que todo el mundo parece querer permanecer, el desprestigiado Bale, los renovados Kroos, Modric y Nacho, además de Marcelo.

Zidane es el encargado de acometer las reformas prometidas, antes que los fichajes esperados. Con la ofensiva en Francia mucho más adelantada de lo que se podía esperar con el verano aún por arrancar, las opciones de futuro del Madrid pasan por deshacerse de algún jugador con peso específico en la plantilla, aunque no tanto como Ramos. Por el momento, las únicas salidas que se atisban en el Madrid son las de jugadores secundarios que no varían el núcleo de una plantilla obsoleta que ha demostrado necesitar una remodelación rápida y profunda.