Seis minutos es menos tiempo de lo que tarda un aficionado del Córdoba en pasar su abono por el torno, subir la rampa o escaleras hasta su grada, saludar a los vecinos de cada dos semanas y, finalmente, alcanzar su asiento. Seis minutos es apenas lo que se tarda en levantarse del mismo asiento, subir las escaleras y dirigirse al ambigú a pedirse un refresco o un bocadillo. De hecho, seis minutos es lo que tardó mi amigo Luis en levantarse de su localidad ayer, marcharse temporalmente hasta los servicios para evacuar la bebida y volver a sentarse a mi lado. Se fue con 1-0 en el marcador y, cuando volvió, creyó que el del electrónico había pisado el cable. «No, el cable lo ha pisado alguien ahí abajo y al Córdoba se le ha ido la luz», le contestó un vecino de grada. Cuando esa luz debía volver, el equipo de Curro Torres había tirado el partido por la borda y algo de crédito que se había ganado durante unos 50 minutos, aproximadamente. Al Córdoba se le juntaron ayer dos factores fundamentales: uno, la indecisión; el otro, la fragilidad mental. Y ambos fueron de la mano para que un partido que estaba igualado, competido, hasta serio por momentos, se convirtiera en una pura ruina y en una depresión.

Curro Torres varió el esquema, como era previsible, incluyendo a tres de los nuevos: Flaño en el eje de la zaga de tres centrales, Yann Bodiger como acompañante de Vallejo en la medular y Carrillo en la punta de ataque, acompañado por un bullicioso Andrés Martín que volvió a ser lo mejor del Córdoba. Y no porque no hubiera otras cosas buenas, individualmente, a pesar del resultado. El francés demostró que es futbolista, que técnicamente da un nivel por encima de la media del equipo y que, pese a ello, no le cuesta el esfuerzo físico. Flaño también dejó notas de veteranía, de no jugar solo para él, de pensar únicamente en lo suyo, en su parcelita -un mal muy extendido en este Córdoba-, sino que tiene en la cabeza a toda la línea, a todo el equipo nos atreveríamos a decir. Y Carrillo estuvo hasta que el físico le aguantó, porque sí, siguió en el campo, pero la última media hora, a años luz del delantero de la primera parte. Y eso no se le puede apuntar en su debe.

El Córdoba recibía al segundo mejor visitante de la categoría y también al segundo equipo más realizador del campeonato, un Albacete que en el encuentro de la primera vuelta ya jugaba entre oles del público a los 30 minutos, con el partido ya resuelto. Con ese dibujo de tres centrales, dos carrileros, dos mediocentros, un hombre de enganche y dos delanteros, el primer cuarto de hora del Córdoba fue serio. Se puso por delante en el marcador gracias a un claro penalti que transformó De las Cuevas. Tras digerir el gol en contra, el Albacete tuvo más control del juego, aunque apenas tuvo ocasiones, exceptuando ese gol de Zozulia por un fuera de juego tan justo que, después de ver varias repeticiones, varios aficionados no se ponían de acuerdo si el ucraniano estaba en posición correcta. El caso es que el balón era más de los manchegos, pero no parecía sufrir el Córdoba en exceso, máxime, cuando en la recta final de ese primer acto los visitantes parecieron levantar algo el pistón.

La duda surgió en el Córdoba o, más bien, en su banquillo. Tanto en ese cuartito de hora del descanso como en los 15 minutos iniciales del segundo tiempo hubo de tomar decisiones. Quizás un relevo a De las Cuevas por Blati para no perder balones peligrosos en zonas comprometidas; también para darle que pensar a la zaga manchega, demasiado relajada ante la ausencia de trabajo que solo daba ocasionalmente Andrés Martín, y asimismo, para ganar en trabajo defensivo. La presión alta, alternativamente, que hizo el equipo local en el primer acto desapareció. Si admitimos que igual Piovaccari no está para mucho más de media hora, ¿por qué aceptar que el alicantino, con más trabajo defensivo, sí está para más de una hora? Otro aspecto que había que advertir era la pérdida física de Carrillo, que no se atendió y terminó por desaparecer por completo. Por su parte, el Albacete seguía a lo suyo: no con ocasiones clamorosas, pero sí con un constante merodeo al área de Carlos Abad, hasta que la encontró. Pérdida en línea de tres cuartos, tres toques y Zozulia, siempre un incordio en el área, igualaba la contienda.

Ese gol supuso un punto de inflexión para una desconexión con mucho de bajón anímico y salpicada con males que han reaparecido en este Córdoba en las dos últimas jornadas: el balón parado defensivo. Apenas tres minutos después, y tras un saque de esquina, Tejero golpeaba en el borde del área, completamente solo, para que Bela -en fuera de juego- rematara en el segundo palo, también sin oposición. Con el Córdoba desaparecido completamente aún llegó un tercero, a los seis minutos del primero, obra también del ucraniano. Entre gol y gol, el banquillo intentó reaccionar realizando cambios con celeridad. Pero ya era tarde. La decisión había que tomarla en previsión de uno de tantos partidos que se viven dentro de cada encuentro y a un rival como el Albacete -a ninguno, en realidad- se le puede dar la ocasión de crecer, de olvidarse de defender porque nadie ataca, de centrarse únicamente en resolver su problema en el marcador sin generarle ninguno añadido, sin advertirle de que el encuentro se puede cerrar en cualquier momento. Algo que sí hizo el conjunto manchego en tan solo seis minutos, a los que llevaron las dudas y una ruinosa desconexión.

- Ficha técnica:

1 - Córdoba: Carlos Abad, Fernández, Álex Quintanilla (Piovaccari, min.72), Miguel Flaño, Luis Muñoz, Quezada, Vallejo, Yann Bodiger, De las Cuevas (Manzambi, min.68), Andrés (Jaime Romero, min.87) y Carrillo.

3 - Albacete Balompié: Tomeu Nadal, Tejero (Caro, min.90), Arroyo, Gentiletti, Fran García, Dani Torres, Febas, Susaeta, Bela (Álvaro Peña, min.86), Rey Manaj, Zozulya (Maisa, min.80).

Goles: 1-0, M.10: De las Cuevas, de penalti. 1-1, M.65: Zozulya. 1-2, M.67: Bela. 1-3, M.70: Zozulya.

Árbitro: Moreno Aragón (Comité Madrileño). Amonestó con tarjeta amarilla a los locales Luismi Quezada, Jaime Romero y Luis Muñoz, y a los visitantes Dani Torres y Gentiletti.

Incidencias: Partido correspondiente a la vigésima cuarta jornada de LaLiga 1/2/3, disputado en el Estadio Municipal El Arcángel ante 12.003 espectadores.