El Córdoba recibirá próximamente, si no lo ha hecho ya, la esperada reclamación del anterior jefe de los servicios médicos de la entidad blanquiverde, Javier Bejarano, por su salida del club hace unos meses y cuando aún le restaban cuatro temporadas y media de contrato. Bejarano recalamará al club blanquiverde una cantidad muy cercana a los 1,8 millones de euros después de rescindir el Córdoba el contrato mercantil que les ligaba y por el que percibía una cantidad en torno a los 240.000 euros por temporada. Bejarano eleva la cantidad ligeramente debido a que tenía marcada una cifra más alta por campaña en caso de que el club blanquiverde militara en Primera División (alrededor de 270.000 euros) por lo que entiende qu ela cifra que se le ha impedido cobrar roza los 1,3 millones. El resto se circunscribe a daños y perjuicios, básicamente.

El pasado 22 de enero, el Córdoba envió al doctor Bejarano un escrito en el que le informaba de que el motivo de la resolución contractual se justificaba en el «incumplimiento reiterado de las obligaciones asumidas» en dicho contrato y se centraba, principalmente, en los trabajos que debía desempeñar el propio doctor Bejarano en el club blanquiverde. El Córdoba alegó que dichos incumplimientos «han supuesto la pérdida de confianza en Cordobesa de Terapia Avanzada y en usted», pasando posteriormente a una relación de hechos en los que, según el club, se basaba dicha rescisión y pérdida de confianza. «Falta reiterada de asistencia a los entrenamientos, falta de asistencia a los viajes y partidos del primer equipo, falta o retraso en la atención médica a futbolistas de la primera plantilla, del filial o del equipo femenino, con el evidente perjuicio ocasionado al club», fueron algunos de los motivos alegados por el Córdoba en la comunicación realizada al doctor Bejarano. Además, el Córdoba le recordaba en la misiva que dichos incumplimientos, de «carácter grave, se han venido produciendo desde hace tiempo, como ya le habíamos advertido en reiteradas ocasiones». En el club se aseguró entonces que había otros motivos, alguno inconfesable, como la relación de estrecha confianza del galeno con el anterior accionista mayoritario, que incluso él reconocía de puertas hacia adentro del club.

En cualquier caso, el Córdoba tiene dos elementos a su favor y con los que, en parte, preparó el posible golpe que se podía recibir por parte de Cordobesa de Terapia Avanzada, la 3empresa de Bejarano. Por un lado, el contrato firmado en su día por Carlos González es mercantil, por lo que según fuentes jurídicas consultadas, no parece que la cantidad global reclamada pueda ser reconocida por un tribunal, aunque siempre que se emiten estas opiniones se hacen con las lógicas reservas. El segundo paso dado por el club, y del que informó en su día este periódico, es el contrato rubricado con el relevo de Bejarano en el Córdoba, Clínicas Beiman.

Las exigencias de la entidad blanquiverde para que cualquiera de las clínicas con las que negoció ebn su día se hiciera con los servicios médicos del club estaba también la de asumir el coste, si llegaba a producirse, del despido del doctor Bejarano. Según pudo saber este periódico, tanto Quirón como Beiman, las dos principales candidatas en su día, aceptaron dicha condición, quedándose finalmente la segunda con los servicios médicos del Córdoba por un número de años, como mínimo, iguales a los que le restaba por cumplir a Cordobesa de Terapia Avanzada.

Por lo tanto, en un principio el Córdoba tiene relativamente controlado este nuevo frente judicial que, en cualquier caso, ya tenía previsto desde el 22 enero, cuando fue despedido Bejarano .