Hubo un tiempo no muy lejano en que todas las etapas de montaña con Alberto Contador en escena eran un escenario idílico para que cualquier aficionado se preparase a disfrutar con los ataques incontestables del ciclista madrileño. Cuando demarraba se iba solo y nadie osaba seguirlo. Gracias a ese genio y a ese carácter indomable,Contador se convirtió en el segundo mejor ciclista español de todos los tiempos, solo superado por Miguel Induráin.

De hecho, nada ha vuelto a seguir igual para Contador desde que el TAS le quitó las victorias en el Tour del 2010 y el Giro del 2011. Regresó en el 2012 y ganó la Vuelta, pero solo por esa chispa, única y repetible, que le condujo a atacar a Purito Rodríguez, a más de 50 kilómetros de la famosa meta de Fuente Dé. Por desgracia, los Tours que ha disputado desde el 2013 nunca han sido los de Contador y, por una razón u otra, ha acabado cayéndose: en el 2013, en la primera etapa, en Córcega; en el 2014, abandono por accidente en los Vosgos; en el 2015 se va al suelo en ruta hacia Pra Loup, y en el 2016 se cae en las dos primeras etapas y acaba retirándose en los Pirineos, en tierras catalanas.

DOS CAÍDAS

El domingo se fue dos veces al suelo; la primera vez cuando el polaco Rafal Majka (que no sale hoy tras la jornada de descanso) frenó precipitadamente cuando el grupo de favoritos descendía a más de 70 kilómetros por hora. Tan magullado quedó que este lunes, inhabitual en Contador, ni pudo montar en la bici durante la jornada de descanso. Luego se volvió ir al suelo, porque tal como explicó el corredor español, Nairo Quintana le dio incomprensiblemente un golpe por detrás y lo tumbó, algo por lo que seguía tremendamente enojado.

Sin embargo, hay que quedarse con una frase de Contador, pronunciada en la conferencia de prensa que ofreció durante la jornada de descanso, en su hotel, a las afueras de la ciudad de Périgueux. «Da igual lo que diga y la causa que sea. La realidad es que el domingo no me encontré bien en el último puerto». Jamás, hasta entonces, Contador había perdido tanto tiempo (más de cuatro minutos) en el Tour.

A DIVERTIRSE

No quiere abandonar y la cabeza le pide atacar. "Quiero divertirme", repite. Pero una vez más está magullado por todas partes. Puede que las piernas de Contador ya no sean las que dejaron boquiabiertos a los aficionados al ciclismo hace unos pocos años, pero el genio sigue estando intacto. "Voy a intentar disfrutar y si me recupero correré a mi manera y no precisamente con la computadora en la cabeza". Seguramente cualquier tiempo pasado fue mejor. Pero él sigue teniendo genio y figura hasta... Así es Contador. ¡Hasta la victoria!