Antes de la presentación de Sandoval, Jorge Romero quiso despedirse del club y la afición en una sala de prensa que contó con la presencia del cuerpo técnico y gran parte de la plantilla cordobesista.

Después de mostrar su agradecimiento a todos los entrenadores que le han dado la oportunidad de crecer dentro del club, entre los que se encuentran Rafa Berges y sobre todo, un Luis Carrión «quien me hizo visible entrenar al primer equipo», el ya exentrenador del Córdoba quiso subrayar la insistencia de la nueva propiedad en que siguiera dentro del club. «Son dos personas a los que se merece que las cosas les vaya bien», señaló el preparador cordobés. Al respecto, Romero quiso añadir que «me han dejado la puerta abierta». También quiso disculparse por «no conseguir los resultados esperados». Por otra parte, el tercer entrenador cordobesista de la 17/18 fue transparente a la hora de decantar su futuro, pues «tengo claro que quiero ser entrenador profesional tras cumplir el sueño de mi vida que era entrenar al Córdoba; ahora tengo que encontrar un proyecto que me ilusione, aunque me gustaría volver, ya sea como entrenador o formando parte de otro equipo de trabajo». Sobre su destitución, Jorge Romero insistió en que «cuando llegué al equipo, si me dicen que me echarían tras jugar un número determinado de partidos y después del 5-1 en Tenerife, habría aceptado igualmente el cargo». Una oportunidad que no consideró que llegase antes de lo que esperaba, pues «creía que la oportunidad era esa».

Emocionado, Romero sentenció que «no me lo dijeron directamente, pero había jugadores en el entrenamiento en Tenerife que pensaban que no tendrían la vergüenza de mirarme la cara por no compensarme, todo lo contrario». Así definió a un plantel que «conseguirá revertir la situación».