La resaca olímpica castiga con vehemencia a Río de Janeiro.Seis meses después de ser la sede de los primeros Juegos de la historia en Sudamérica, la ‘Cidade Maravilhosa’ flirtea con el colapso político, social y económico.

El exgobernador Sergio Cabral y algunos de sus más estrechos colaboradores están encarcelados acusados de corrupción. Y hace unos días la Justicia Electoral determinó la casación de su sucesor,Luiz Fernando Pezao, por abuso de poder económico al haber concedido contratos millonarios a empresas que financiaron su campaña electoral.

NÓMINAS IMPAGADAS

La deuda pública del Estado de Río asciende a los 31.736 millones de euros. Para evitar su quiebra, se está negociando un rescate con el Gobierno federal. La crisis explotó incluso antes de los Juegos. En junio, a 49 días de la inauguración, el Gobierno regional decretó el estado de calamidad pública. No había liquidez para afrontar el pago de las facturas y los préstamos adquiridos para financiar la organización de los Juegos, que ascendieron a 5.122 millones de euros entre el 2015 y el 2018.

Desde finales del 2015, hay atraso en las nóminas de los funcionarios y trabajadores públicos, entre los que hay los cuerpos policiales. Y, por supuesto, se ha agravado la crisis de seguridad pública. Elnarcotráfico ha recuperado posiciones en las favelas. En el 2016, se contabilizaron 5033 homicidios en todo el estado, un 20% más que el año anterior. Solo en enero de este 2017, fueron asesinados 17 policías.

HUELGAS Y TIJERETAZOS

Con servicios públicos paralizados, huelgas que se suceden, malestar generalizado y tijeretazos que afectan incluso el pago a los pensionistas, diversos especialistas alertan de que Río está a un paso del caos social. Hay facturas de los Juegos aún en abierto. El Comité Río 2016 reconoce que debe 58 millones de euros a 620 proveedores, que representan “solamente” el 2% de los 20.000 contratados. Promete, eso sí, que en marzo, todo será liquidado. Su credibilidad, sin embargo, anda por los suelos.

El paupérrimo estado de Maracaná, que acogió las ceremonias de inauguración y de clausura, es hoy el símbolo de la dejadez del comité organizador y de las administraciones públicas. El escenario dondeNeymar ganó el oro con la ‘baby canarinha’ ha enmudecido y vive largado y abandonado a su suerte. La luz está cortada por impago. El césped, descuidado, es ahora amarillento. Incluso ha habido incursiones nocturnas de ladrones que substrajeron piezas de valor histórico, como un busto de bronce.

La negligencia en las instalaciones es generalizada. Los escombros y la basura se acumulan en elParque Olímpico, que solo abre sus puertas parcialmente los fines de semana. Turistas y vecinos están atónitos. Y las diferentes instalaciones, que tendrían que ser centros de entrenamientos permanentes y escuelas, están valladas y sin previsión de apertura.

CASOS DISPARATADOS

Hay casos disparatados como el velódromo. Tendría que acoger proyectos sociales, pero sus puertas están selladas y el aire acondicionado sigue a tope las 24 del día para que el parquet no quede maltrecho. El Parque Radical, que acogió las competiciones de bicicleta de montaña o piragüismo, estaba destinado a ser un espacio de ocio de 500.000 metros cuadrados para los vecinos del barrio deDeodoro, en la zona norte de la ciudad. El cambio de color en el Ayuntamiento ha provocado su cierre temporal.

Solo se salvan de la quema equipamientos que ya funcionaban con anterioridad, este es el caso del estadio Olímpico que gestiona elBotafogo, o las obras civiles como el metro, las corredores rápidos para autobuses, el tranvía y el bulevar olímpico, que ha abierto la zona portuaria de Río al mar, inspirándose en las actuaciones de Barcelona-92.