Comenzó la final de la conferencia este, y lo hizo con unos Celtics implacables que demostraron a los Cavs de LeBron que si quieren volver a las finales de la NBA van a tener que sudar de lo lindo.

Desde el comienzo del partido, con una bandeja de Brown cuando únicamente se llevaban trascurridos 5 segundos de juego, Boston dejó claro que el devenir de la serie iba a ser muy diferente a la del año pasado (los Cavs ganaron la final de conferencia a los Celtics por 4-0). Brad Steven y los suyos se habían estado preparando para este hipotético momento de la temporada durante todo un año. Steven sabía que la clave si querían meterse en las finales de la NBA sería parar a LeBron James en ataque. Y ya lo creo que lo hicieron. Boston encarriló la victoria desde bien pronto, siempre cimentada en la defensa, auque también con cierto brillo en ataque. Con el resultado 6-7 para los Cavaliers en los primeros compaces del partido, los Celtics endosaron un parcial de 23-2 a su favor para colocarse con una ventaja de +20 (29-9), parcial que a la postre fue definitivo. Ni Cleveland ni Lebron supieron reponerse del tremendo golpe. No hubo mucha más historia en el partido. Los Cavs nunca fueron capaces de bajar de los 14 puntos de diferencia, que finalmente se ampliaría hasta los 35 finales (108-93). La defensa de los verdes había conseguido registros históricos: nunca un equipo de LeBron se había marchado al descanso una desventaja igual o superior a los 26 puntos, hasta ayer (61-35).

En cuanto a las actuaciones individuales, el mejor del encuentro fue Jaylen Brown que volvió a firmar, una vez más en estos playoffs, unos numerazos: 23 puntos y 8 rebotes para él. También cabe destacar el partidazo de Morris, que acabó con un doble-doble: 21 puntos y 10 rebotes. En los Cavs el máximo anotar fue Love con 17 puntos. LeBron no fue ni la sombra de su versión en estos playoffs y solo anotó 15 puntos (5 de 16 en tiros de campo.

La defensa de Boston golpea primero.