Dan Martin lleva los genes. Los mejores. Los que ha heredado de su tío materno, nada menos que Stephen Roche, aquel ciclista irlandés que vivió un extraordinario duelo con Pedro Delgado en el Tour de 1987, en su año mágico: triunfos en el Giro, en París y en el Mundial. Martin ha salido este jueves del escondite de la ronda francesa. Ha tocado la campana del aviso, en la cuesta del Muro de Bretaña, adonde llegó Alejandro Valverde mal colocado y solo pudo ser tercero. "Si puede, si hay suerte, va a intentar luchar por el podio", pronostica un feliz Joxean Fernández, a quienes todos conocen como 'Matxin', su director en el equipo patrocinado por los Emiratos Árabes.

Martin conocía como el que más el Muro de Bretaña. Ya en el 2015 fue segundo, por delante también de Valverde. Y su explosiva arrancada es sabida por todo el pelotón. Ganador, entre otras carreras, de una Volta y un Giro de Lombardía, hace un año corrió con una vértebra fisurada, tras caer con Richie Porte -acabó en el hospital- camino de Chambery, por los montes del Jura. Y aún así, con un dolor de espalda que se reproducía en cada pedalada, llegó a los Campos Elíseos en la sexta plaza de la general. Supo entonces que podía luchar por la general del Tour y se ganó una ficha y la jefatura de filas del conjunto árabe, que lo contrató.

Curioso corredor, amante de Girona, de la gastronomía del Celler de Can Roca y, sobre todo, de la lengua catalana, que domina, ya que se propuso hablar este idioma cuando se estableció en la capital gerundense, como otros tantos ciclistas, todavía atraídos por la estela de Lance Armstrong, cuando todavía era Armstrong y no tenía pecados que redimir.

Residente andorrano

Ahora vive en Andorra, como otros tantos corredores anglosajones que han cambiado la residencia gerundense por la andorrana, por razones fiscales. Y allí ha conocido el clamor de las cumbres del Principado muchas veces acompañado por su amigo y piloto Aleix Espargaró, todo un experto cicloturista. Hace un año, como curiosidad, Espargaró participaba en un concurso a través de las redes sociales. A la pregunta de qué corredores ocuparían el podio final de París, el piloto catalán excluyó a Martin y este le contestó: "¿No soy tu amigo?".

Hace un año también, por un domingo, dejó la bici aparcada para acompañar a su mujer y atleta, Jess Martin, a la Cursa dels Bombers, que ganó de forma colosal y sin oposición. Ahora espera gemelos para el 7 de octubre; una nueva generación para que la estirpe de los Roche-Martin siga en el mundo del deporte. Su primo es Nicolas Roche, profesional en el BMC, que corrió el Giro y se reserva para la Vuelta.

El viento lateral

Martin fue el gran triunfador en una jornada que a punto estuvo de ser trascendental ya que el viento lateral provocó un caos espectacular, con diferentes cortes, a 100 kilómetros de la meta. Susto monumental para Mikel Landa y Nairo Quintana, quienes tuvieron que apretar los dientes para no quedarse descolgados.

Fue una jornada para repetir de nuevo las dudas que exhibió Chris Froome al inicio del Giro, que luego ganó. En los últimos metros del Muro de Bretaña se dejó 8 segundos con Martin y 5 con el grupo de los favoritos, en el que no estaban por sendas averías ni Romain Bardet (llegó a 31 segundos) ni Tom Dumoulin, quien perdió 53 segundos que podrían haber sido más de no ir un buen rato al rebufo del Mini de su equipo. Eso no se hace. Lo castigaron con 20 segundos de penalización.

Van Avermaet, de amarillo

Ahora llegan dos jornadas de esprint aparente, con Greg van Avermaet vestido de amarillo, antes de la cita incuestionable del domingo con los adoquines del 'Infierno del Norte'... del 'Infierno del Tour'.

Todas las clasificaciones en la página oficial del Tour.