León quiso dejar claro durante la rueda de prensa que «no pretendo con esto hablar de herencia, sino aclarar lo máximo posible la situación real» del club, en el que se encontró compromisos de pago pendientes, aparte de la deuda, por valor de «4.042.711 euros, de los que 1.083.699 se abonaron la pasada temporada y 1.714.077 euros se pagaron en la 2018/19», por lo que aún restan por abonar 1,2 millones de dichas facturas. Según pudo saber este periódico, una práctica habitual en la entidad blanquiverde era la desactivación del gasto en los últimos meses antes del cierre del ejercicio, pasando dichas facturas a la contabilidad de la siguiente temporada. Solo así se explicaría que, por ejemplo, a partir de enero del 2018, el club tuviera que abonar parte de las primas de salvación de la temporada 2016/17 e incluso parte de ellas se abonaron en la actual campaña, 2018/19, una cifra cercana a los 100.000 euros. Además, León detalló diferentes pagos, como «un gasto de Kappa de 76.000 euros, otro a Cordobesa de Terapia Avanzada, de 23.000; a Peris, 14.000 euros, a un entrenador amigo de la anterior propiedad, 105.000 euros, a Jean Paul Pineda, 27.000 euros, a Cruz Roja, 22.000, a Domingo Cisma, 50.000 euros», así como los ya conocidos abonos a Osasuna de 500.000, Albacete, de casi 200.000 por Jona o a Viaspor, por 24.000 euros».

León no quiso extenderse demasiado en la relación de facturas pendientes, pero sí quiso dejar claro que, al contrario de lo que afirmó insistentemente la anterior propiedad, «la deuda del club no era cero».

Lejos de mostrar una sola cara de la situación del club, tanto cuando llegó el propio León como en el momento actual, el mandatario recalcó que «cuando compras un club lo compras con unas cosas y con otras».