El CSKA exhibió músculo en casa del campeón al vencer por 88-93 al Real Madrid en un partido que enloqueció en la primera parte y que fue más académico en la segunda, en la que el equipo ruso fue mejor.

La ausencia de los Sergios, Llull y Rodríguez, ambos lesionados, hizo que el partido comenzara sin los dos timoneles titulares. Y se notó.

Mal, muy mal comenzó el Real Madrid, pero peor continuó el CSKA. Los dos primeros cuartos fueron el día y la noche para cada uno de los equipos. No hubo término medio.

El Madrid comenzó con un 0-7 y dos faltas personales de Jeffery Taylor, el mejor defensor del equipo y el encargado de defender a Nando De Colo, en los dos primeros minutos. Cuando se quiso dar cuenta, el CSKA estaba 3-17 (m.5.50) en el marcador. Para frotarse los ojos.

Ahí despertó el Madrid de la mano de un más que enchufado y eléctrico Facu Campazzo, que ante la ausencia de Llull se encargó de meter un triple desde la línea de personal de su campo defensivo en el último suspiro para poner el 20-24 con el que finalizó el primer acto.

El CSKA en esos 4.10 minutos aceptó un parcial de 17-7, que demuestra que la defensa del Real Madrid hizo su trabajo, pero lo peor estaba por llegar, porque el segundo acto comenzó con otro parcial de 12-0, con el equipo ruso a cero durante casi seis minutos y medio, cuando Othello Hunter rompió la maldición.

Desde el 3-17 al 32-26, un parcial de 29-7 en poco más de nueve minutos. Ver para creer.

De Colo y Will Clyburn fueron los estiletes del CSKA en su día, la primera mitad del primer cuarto, mientras que Campazzo y Rudy Fernández lo fueron en el Madrid en el segundo cuarto, que finalizó con un 41-38, adecuado en cuanto a guarismos, pero absolutamente demencial en su desarrollo.

El Real Madrid anotó sólo 3 de 12 triples en los primeros veinte minutos, mientras que el CSKA transformó 8 de 15, un 53 por ciento que contrasta con el 42 por ciento que consiguió en tiros de dos, 6 de 14.

Con los quintetos iniciales en pista en el tercer cuarto, el partido se volvió más académico, con los ataques brillando dada la calidad de los jugadores en pista.

Los dos equipos más laureados de Europa, 10 títulos el Real Madrid y 7 el CSKA, comenzaron a exhibir músculo, 49-49 (m.23.15), y los rusos lo hicieron mejor porque volvieron a ponerse por delante en el marcador, 51-56 (m.25.45), tras un parcial de 10-18.

Otra vez De Colo y Clyburn volvieron a llevar la batuta anotadora de su equipo, mientras que el Real Madrid volvió a tener problemas en el aro rival, 55-64 (m.28).

La entrada de Gustavo Ayón y Rudy, para aumentar la capacidad defensiva del equipo blanco y crecer desde ahí, se tradujo en el 61-67 al final del tercer acto.

Pese a la irrupción en escena de Jaycee Carroll, autor de los 5 puntos del Real Madrid en los dos primeros minutos, 66-77, el CSKA siguió mostrando una efectividad acorde a su tremendo poderío, lanzando un órdago al partido.

Rudy fue el primero en dar un paso al frente con un triple, pero Cory Higgins dio un recital de calidad en la anotación e impidió que el Real Madrid recortara diferencias, 71-82 (m.34).

Con las alarmas encendidas en el equipo español y los minutos cayendo rápido, 78-86 (m.36), el Real Madrid tiró de corazón para jugar a la heroica, pero el CSKA no se dejó impresionar y exhibió músculo para conseguir una victoria de prestigio, 88-93, en casa del campeón. Es la tercera derrota consecutiva del Real Madrid.

Real Madrid - CSKA Moscú (88-93)

Real Madrid (20+21+20+27): Causeur, Randolph (7), Campazzo (23), Tavares (1) y Taylor (4) -equipo inicial-, Rudy (18), Reyes (10), Carroll (9), Ayón (8), Deck (8), Prepelic y Thompkins.

CSKA Moscú (24+14+29+26): De Colo (15), Peters (11), Clyburn (18), Hackett (5) y Hunter (8) -equipo inicial-, Bolomboy, Antonov, Higgins (24), Kulagin (5), Kurbanov (2) y Hines (5).

Árbitros: Sasa Pukl (ESL), Fernando Rocha (POR) y Anne Panther (ALE). Daniel Hackett fue eliminado por cinco personales (m.40).

Incidencias: Partido correspondiente a la décima jornada de la Euroliga disputado en el Palacio de Deportes (WiZink Center) de Madrid ante 12.749 espectadores.