Durante las vacaciones de verano tuve ocasión de hablar con personas del fútbol, algunas de ellas habían estado en el Córdoba CF en distintas etapas y en diferentes puestos. La mayoría pretendían conocer un poco la situación del club, de la ciudad, tras el trauma que supone un descenso a Segunda División B: los nervios, el enfado, las lógicas dudas sobre el futuro o la plantilla y el entrenador que iban a tener o tenían ya el club y hasta algunos rivales que se iba a encontrar el conjunto blanquiverde. Uno de ellos, en concreto, me avisó de lo mal que se le daban tradicionalmente los filiales al Córdoba CF. Él mismo lo había padecido, aunque viendo el partido inaugural de Liga, ante el Recreativo Granada, pensamos ambos que la racha se había roto.

Pero no. El Córdoba CF cayó en el Jesús Navas por primera vez en la temporada y lo hizo ante un filial sevillista y que estrenaba su casillero de victorias en casa. Eso sí, si el equipo de Paco Gallardo llegaba al duelo habiendo anotado un solo gol, los dos con los que remontó el tanto inicial blanquiverde llevaban la misma firma: Pepe Mena. El centrocampista sevillista se sacó de la chistera un disparo desde 25 metros, con caraja defensiva visitante, para provocar el primer dolor de muelas de la temporada en los blanquiverdes, que tienen mucho por delante para hacer. Sin ir más lejos, una paradoja: mientras el partido estuvo roto generó las mismas o más oportunidades que su adversario y cuando se dispuso a controlarlo, con un mínimo criterio, sumó infinidad de llegadas y casi ninguna ocasión clara de cara a gol.

Será el primer dilema a despejar por parte de Enrique Martín. O se parte al equipo continuamente, generando partidos de ida y vuelta para que Owusu se la juegue continuamente en los últimos metros, o se trabaja en la opción de controlar más el tiempo del partido, el ritmo, y se aportan más ideas en los últimos 25 metros. Porque la locura de la primera parte, ya vista en anteriores encuentros, solo puede generar algún infarto y muy poca credibilidad o fiabilidad de cara al futuro.

En esa primera alternativa se situó el conjunto blanquiverde en los primeros 45 minutos, en los que brilló Owusu. El ghanés se topó con el larguero antes de los diez minutos de partido y empujó un centro de Novaes tras una buena jugada del brasielño. No se llevaban 20 minutos, pero el equipo de Enrique Martín no consiguió frenar el ida y vuelta, por lo que Pau Miguélez, Diabaté y Pepe Mena se convirtieron en un serio problema para el sistema defensivo cordobesista, tan poblado como desordenado. Se aprovechó de ese desorden Diabaté con una contra en la que atrajo a los tres centrales blanquiverdes para habilitar a Pepe Mena en su incorporación desde la segunda línea y que este fusilara a Isaac Becerra. Dilema curioso: centrales juntos en cinco metros cuadrados alrededor del poseeedor del balón, liberando muchos metros a sus costados y espaldas.

El Córdoba CF abandonó la primera opción, la de partido de ida y vuelta, para tomar la segunda: la de intentar controlar más el juego y el dominio del balón. Para empezar, habría que ir con todo y con los mejores. Existen algunos nombres que no están para salir de inicio.

Pero el duelo se calmó. Eso sí, para todos, porque el conjunto blanquiverde apenas pudo generar ocasiones en la segunda mitad: algún uy, mucho centro sin ton ni son y relativa tranquilidad para controlar los posibles contraataques sevillistas. El partido solo se lo podía llevar un destello individual y, lejos de ser blanquiverde, fue franjirrojo. Saque de portería de Alfonso Pastor, Diabaté salta con Xavi Molina logrando la prolongación del esférico y Pepe Mena, desde 25 metros, aprovechaba los metros concedidos por los otros dos centrales rivales para lanzar un trallazo que entró casi por la escuadra de Isaac Becerra. Nuevo dilema curioso: centrales completamente abiertos en el salto de un compañero ante un rival y con un adversario disfrutando de muchísimo espacio. Más allá de otras actuaciones individuales (carrileros, mediocentro defensivo, algún interior), este Córdoba CF sigue mostrando un juego que genera muchas dudas, principalmente por los dilemas que ha de resolver y más allá del momento en el que esté cada jugador. Queda mucho por delante, pero bien se haría en ir trabajando con los que mejor estén para poder resolver, por ejemplo, si la única llegada de este equipo será por banda o no será. O si con tres centrales y un mediocentro vuelve a recibir dos goles... precisamente por el centro.

El pasado verano, uno que sabe de esto bastante, me avisó del futuro: «Ojo, que después de un descenso, sea de Primera a Segunda o de Segunda a Segunda B, verás tú el drama que se monta con la primera derrota. Le pasa a todos los descendidos». Cuando aún no ha llegado octubre no es el momento, por todo lo que resta por delante, para dramas ni sentencias sin matices. Pero está claro que este Córdoba CF mantiene muchos dilemas e incógnitas por resolver. Mejor ir dando los pasos ahora, desde ya.

- Ficha técnica:

2 - Sevilla Atlético: Alfonso Pastor, Javi Pérez, Berrocal, Genaro, Javi Vázquez, Juanpe, Diego José, Pepe Mena, Juanlu, Diabaté y Pau Miguélez. Cambios: Pedro Ortiz por Diego García (min. 73), Carlos Álvarez por Pepe Mena (min. 81) y Carmona por Miguélez (min. 86).

1 - Córdoba CF: Isaac Becerra, Fernández, Chus Herrero, Xavi Molina, Fidel Escobar, Jesús Álvaro, Imanol, Javi Flores, De las Cuevas, Owusu y Novaes. Cambios: Ortuño por Novaes (min. 67), José Antonio González por De las Cuevas (min. 71) y Zelu por Chus Herrero (min. 85).

Goles: 0-1 (18') Owusu. 1-1 (35') Pepe Mena. 2-1 (81') Pepe Mena.

Árbitro: Ruiz Aguilera (andaluz), amarillas a Pau Miguélez, Genaro, Berrocal, Alfonso Pastor y Francisco Gallardo, y a Jesús Álvaro y Chus Herrero.

Campo: Jesús Navas. 1.610 espectadores, medio millar, cordobesistas.