«Siempre es bonito y uno sueña con acabar su carrera en casa», comentaba en 2017 José Manuel Fernández en una entrevista con este periódico en la previa de la visita del Oviedo a El Arcángel, dos meses antes de firmar su regreso al Córdoba. Un segundo ciclo que estuvo a punto de acabar hace tres días, cuando el director deportivo Alfonso Serrano daba por hecho su salida en calidad de cedido «en las próximas horas», aunque anteayer fue el entrenador, Enrique Martín, el que anunció que finalmente se quedará en el Córdoba.

El lateral derecho no ha visto cumplidas sus expectativas, sus sueños de acabar en una dinámica positiva en el club de su ciudad, en el club de su corazón, en el que se formó, el que le hizo futbolista y le dio la oportunidad de jugar en Primera con el Zaragoza. Quizás por eso, para quitarse el mal sabor de boca, se plantea un reto aún mayor, el de llevar al Córdoba al sitio que nunca debió abandonar. «A mí me duele esto mucho, porque yo soy de aquí. He dejado muchas cosas atrás para venir aquí y ha sido un sueño que se ha ido por la borda», explicó en zona mixta el 14 de abril de este 2019, en la dolorosa derrota ante el Lugo que dejaba al Córdoba sentenciado.

Entre medias, dos temporadas en las que tuvo que lidiar, como capitán y como hombre de club, como referente para muchos aficionados, con multitud de problemas no solo deportivos, sino también de despachos, ante un club que iba despeñándose hacia la Segunda B, categoría que salvó milagrosamente en 2018 pero que no esquivó hace dos meses. «Se me han acabado las fuerzas», llegó a decir Fernández, el mismo que, con la pretemporada empezada, asumía el reto de devolver a su Córdoba a Segunda. «Hay muchas ganas de iniciar esta andadura», apuntaba hace menos de dos semanas, durante los reconocimientos médicos. «Soy cordobesista y no me importa la categoría en la que esté», añadió.

Ahora, a sus 29 años y con su continuidad en el Córdoba confirmada por su propio entrenador, Fernández afronta con ilusiones renovadas una temporada en Segunda B, sin entender de categorías y con la misión de liderar al equipo blanquiverde en el campo y en el vestuario. Porque, si no median esas «sorpresas» con las que matizó Enrique Martín la permanencia del cordobés en el club, Fernández se queda.